Distracción

PATRICIO CÓRDOVA CEPEDA

Somos libres de pensar y analizar la situación política que vive el país y en especial lo referente a la bronca interna del partido de gobierno. En mi opinión no debe ser considerado un tema de trascendencia nacional, como al parecer les interesa hacernos creer, más aún si acapara el trabajo de los medios de comunicación, con mucha cobertura que propicia atención ciudadana.

Lo que suceda en Alianza país, entre malos y buenos, entre correistas y morenistas, entre los que se dicen radicales defensores de la “década ganada y de la revolución ciudadana” y los que son tildados de retrógradas, de conciliar con sectores que nunca debieron hacerlo, todo esto es asunto de ellos, de sus militantes, no pueden tener a la nación pendiente de sus enemistades, de sus lealtades o traiciones.

Los temas de verdadera importancia nacional son la educación, salud, justicia, economía, deuda externa, obras y servicios, vivienda, medio ambiente, producción, seguridad, delincuencia, empleo, trabajo, bienestar social, que deben ser tratados y enfrentados con capacidad, honestidad, autenticidad, responsabilidad, probidad, frontalidad, con decisiones oportunas y claras para recuperar confianza, dinamismo, gobernabilidad, unidad social, pacificación a todo nivel.

No es raro la aplicación de mecanismos de control social para tenernos entretenidos, a la expectativa, boquiabiertos, mientras se diluyen los sonados casos de corrupción, unos cuantos en manos de la justicia, otros en investigación, a lo que sumamos las determinaciones de glosas en contra de funcionarios que no manejaron adecuadamente los bienes y fondos públicos, y que siguen en el poder. Un Estado de propaganda y excesiva publicidad, con fines de control social, consigue distracción, pero nada es eterno…