Regresar, ¿para qué?

Ugo Stornaiolo

“Que venga y haga concentraciones en Quito, Guayaquil y Cuenca, que de forma respetuosa pero contundente, la ciudadanía le dirá lo que piensa de los últimos años de su mandato”, retaba el presidente Moreno al viajero RC. ¿Para qué vuelve? Porque su exiguo legado se agota, su agrupación se rompe, sus incondicionales están contra las cuerdas (Glas, Aguiñaga, Richard y Augusto Espinoza), mientras Patiño y Rivadeneira no pueden restablecer la unidad.

Un extraño “escondite en Esmeraldas” o el presunto viaje, en viernes negro, con aparente escala en Bogotá y arribo a Guayaquil, de madrugada, son algo que RC jamás quiso. Su estilo era llegar al mediodía, con guardaespaldas, venias y aplausos. Parafraseando a García Márquez, es “el otoño del caudillo”.

Pero, no hay que menospreciar su capacidad de maniobra, aunque sin sánduche ni cola. Se lo ve como un bombero apagando el incendio de su otrora poderoso e incontrastable movimiento. Su llegada intentaría aplacar, a través de la jueza –que le debe su carrera judicial-, el juicio al todavía vicepresidente Glas. Si todo ocurre como debería ser, RC puede ser el próximo objetivo de la justicia.

Esa justicia que cooptó y en la que metió las manos, con ayuda del obsecuente Gustavo Jalkh, y que ahora busca salir por sus fueros y ser independiente. RC se acostumbró a que todo lo dicho en las sabatinas se aplique en los tribunales el siguiente lunes.

RC tiene muchos frentes en contra: una economía destrozada, $ 50 mil millones no cuantificados por corrupción, el escándalo de Odebrecht, las oscuras negociaciones con China, 117 denuncias de violaciones contra niños en escuelas, agresiones contra periodistas y activistas, la desinstitucionalización del país y el gasto desenfrenado de sabatinas en medios públicos e incautados.

Carreteras mal hechas y con sobreprecio, universidades sin sustento (Yachay e Ikiam), “elefantes blancos” (Unasur y terreno aplanado del Aromo), una política exterior en soletas y la persecución a militares que no pensaban como él. Dejó un país dividido y con heridas abiertas. En serio. ¿Para qué regresa?

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