‘El principio de Arquímedes’: una mirada al acoso en escena

Obra. Fue seleccionada para Artes Vivas.
Obra. Fue seleccionada para Artes Vivas.

Estudio de Actores llevó ‘El principio de Arquímedes’ a Loja. Fue una de las 16 obras nacionales seleccionadas para el Fiavl.

DAMIÁN DE LA TORRE AYORA

Un vestidor. Un video como telón de fondo. Una directora estricta, un enérgico padre, un instructor sumiso y otro instructor de natación dado a bacán. El ambiente en tono azul. Ellos son los pilares de ‘El principio de Arquímedes’.

No se trata de la fórmula del matemático griego, aunque el ‘sumergirse al agua’ esté de por medio. Y es que el espectador si no se empapa, por lo menos se salpica con esta propuesta del Estudio de Actores, dirigida y producida por León Sierra, quien también actúa junto a Miriam Chicaiza, Gonzalo Estupiñán y Diego Coral.

Un beso es el detonante para reflexionar sobre el abuso sexual, la paranoia del acusado y la colectiva (¿un homosexual está en capacidad de educar a nuestros hijos?), la credibilidad en juego ante la acusación. Rubén, el instructor de los más pequeños, será cuestionado al besar a uno de sus alumnos para hacerle perder miedo al agua.

Para unos, aquel beso resulta una agresión pues se da en los labios. Según Rubén, el beso fue en la mejilla y parte de un trato afectivo, un gesto de tío, de hermano mayor.

Los diálogos, una mezcla de flashbacks que se introducen en un bucle fragmentado entre el ir y venir de encuentros de los cuatro personajes, son la exposición de sus temores y traumas en una tensionante búsqueda de la confianza.

EL DATO
La obra fue escrita por el dramaturgo catalán Josep María Miró.El éxito de la obra propuesta por Sierra radica en que trabaja sobre todos los ángulos de las dos caras de una misma moneda, la cual no se lanza al aire, sino que se introduce en la profundidad de nuestras conciencias, en nuestra piscina interior.

Por momentos, el instructor parece culpable gracias a sus comentarios y a la consecuencia de sus acciones que se convierten en los eslabones de una cadena que termina hundiéndolo con celeridad.

En otros instantes, la vulnerabilidad del acusado y su palabra firme dan la impresión de su inocencia, la cual es cuestionada hasta por su mejor amigo.

El resultado, una obra tan inquietante como perturbadora, una puesta en escena que permite estar en los pies de la víctima y del victimario, un acto de dar voz a lo que nunca se quiere hablar.