VÍCTOR HUGO PORTOCARRERO DE LA TORRE
No hay nada nuevo bajo el sol. De esta manera la sabiduría popular nos ha orientado, para encontrar la respuesta a aquello que parece incomprensible e irremediable, o en su defecto, para disminuir el engreimiento de aquellos que consideran ser la expresión magnánima de la creatividad y lo nuevo.
El populismo en el ejercicio gubernamental y la política, es sin duda la demostración aberrante de la proposición expuesta. Se presenta como lo nuevo, lo deseado, como la solución, pero al final, muestra que sólo ha sido el reciclaje del veneno del engaño y la manipulación maquiavélica, que hace uso permanente de una envoltura sofista, generando la ilusión mesiánica de salvación.
Las manos extendidas y abiertas es una de las representaciones más antiguas de la salvación, pero también del engaño. Las imágenes religiosas, muestran al salvador de la humanidad en franca actitud de acoger en su regazo a todos aquellos que buscan consuelo y protección. Por su parte, el maligno siempre ha tenido como instrumento, la simulación y el arte de imitar al salvador para que los incautos caigan a montón.
El correismo se ha convertido en uno de los instrumentos políticos actuales de mayor dominio de la teoría de la simulación, el engaño y el control. Ha montado la mayor infraestructura institucional; donde, el análisis de contingencias y el uso de los instrumentos de la inteligencia y la contrainteligencia, están diariamente presentes.
La previsión militar en la política, es la principal herramienta de la manipulación, justo antes de generar la ilusión de seguridad previa a la destrucción.
La caída del monarca fue prevista y sus sacerdotes se apresuraron a salvar el tesoro de la corona y a la familia real. Para el efecto, nos hicieron creer que se fueron, aunque siguen estando en Palacio.