¿Más de lo mismo?

AUTOR: Eduardo Chiriboga

La proforma presupuestaria que está por aprobarse en la Asamblea Nacional deja ver con claridad, que su carácter recaudatorio, que en nada tiene que ver con la aspiración del país entero, de brindar liquidez al aparato productivo nacional, incentivando la inversión extrajera y nacional. El hecho de que tenga una leve reducción respecto al anterior, en nada redirecciona los recursos hacia dónde deben ir. Y es que esto es normal, dado que se mantiene al mismo equipo económico del anterior gobierno, con los mismos maquilladores de cifras, que crearon, con el equivocado y dogmático exmandatario a la cabeza, un sistema económico caduco, que ha convertido al Ecuador en un país caro e incompetitivo.

Es más, ante los rumores del desesperado ex de recuperar el poder total que mantuvo durante una década, y que lo afectó psicológicamente a tal punto de creerse el único iluminado para gobernar, usando un populismo despiadado, basado en un Estado de propaganda, agigantamiento de la burocracia para incrementar su poder electoral, captación de todas las instancias del poder, y adquisición de deudas usureras e impagables, está ingresando de manera camuflada al país, con el fin de reunirse con sus incondicionales, por lo que puede perfectamente elucubrarse, que la “metedura de pata” del plan económico de Moreno, sea estructurado exprofesamente por estos dudosos y alienados funcionarios, que al proponer más de lo mismo en lo económico, podrían generar un fracaso anticipado del presente gobierno. Ante lo cual, los asesores de don Lenín, deberían ser muy estratégicos para prevenir tal hecatombe. A no ser, como muchos piensan, que las diferencias entre los duros de AP, son pura pantomima.

Sin duda, las medidas económicas anunciadas fueron incompletas. Moreno no escuchó bien las propuestas del CCPYT que le fueron expuestas. Aún se espera que la Consulta brinde gobernabilidad al Mandatario. No obstante, la proforma presupuestaria y la ley económica urgente para la “reactivación” del país, dejan unas lecturas ambiguas para el sector productivo nacional. El análisis del quehacer político nacional, entra en una etapa de incertidumbre, digna de un guion al mejor estilo de Agatha Christie.

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