Salta pus

POR: Franklin Barriga López

Lenín Moreno ha ganado y sigue atrayendo seguidores por su estilo frontal que antepone los intereses del Ecuador a los de su movimiento político, ahora desprestigiado al máximo.

Las denuncias de latrocinios a los recursos de los ecuatorianos han revelado un panorama desalentador e indignante, que mantenían oculto la propaganda de estilo fascista y las medidas de represión para quienes se atrevían a protestar por los desaciertos, peor para quienes efectuaban denuncias de irregularidades en el manejo de fondos públicos, especialmente de contratos que significaban enormes sumas de dinero donde los sobornos fueron lo usual, según se está demostrando.

El presidente Moreno ha sido categórico en expresar públicamente que para que los ovejunos dejen de serlo, abandonen el redil custodiado por el lobo y vayan por la senda de los mejores intereses nacionales: “Es muy probable que por lo menos un 60 o 70% de instituciones donde pongamos el dedo brote pus y creo que no alcanzaría un gobierno para juzgar todos los actos de corrupción”.

Aseveraciones que reflejan la real situación de la última década y que llenan de oprobio a quienes perpetraron actos de podredumbre moral y desvergüenza extrema, con el cinismo de identificarse muy sueltos de huesos como “manos limpias, mentes lúcidas y corazones ardientes”.

De entre los aspectos positivos de los mensajes del mandatario actual, es preciso resaltar el ‘No’ a la reelección indefinida, lo que por su sentido de alternancia entraña vigencia democrática y evitar que adictos al poder, junto a castas de enraizado privilegio, se perennicen en la dominación de la sociedad, aprovechándose de los recursos estatales, siguiendo estilos deplorables, absolutistas, nada recomendables, como los de Cuba o Venezuela.

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