Tras una década, Chikky de la Torre expone de manera individual. Trae ‘El retorno del Duende’.
En Chikky de la Torre siempre hay magia. En su vida pictórica, ha logrado que el pincel sea algo así como una barita, capaz de conjugar los colores y las líneas para dar vida al mito.
Alguna vez, el artista David Santillán se preguntaba: ¿cuántos artistas jóvenes tendrían la capacidad para trazar como Chikky? ¿Cuántos de sus cientos de estudiantes podían aprehender su capacidad para dibujar?
“Toda es una cosntante. Es el trabajo del día a día. Llevo como profesor 45 años, a eso súmele mis años en lo que recuerdo que siempre dibujé”, dice el pintor, quien cuenta que nunca quiso ser profesor, pero su mamá le aconsejó “que debía hacer algo para poder subsistir”.
“Le soy sincero, no me gustaba en un principio. Le agarré gusto realmente en el Centro de Promoción Artística (donde sigue dando clases), luego de que me animó Nilo Yépez”.
Su última exposición individual la realizó en 2007, por eso es que tras una década valía la pena el que se dé ‘El retorno del Duende’, tal como se titula su muestra: una alegoría a su estatura y picardía, a su grandeza.
La exposición estará abierta hasta el 23 de noviembre en la Sala Miguel de Santiago de la Casa de la Cultura Ecuatoriana (CCE).
Propuesta
“Desde que éramos niños siempre nos hablaron del duende, este personaje mitológico que está tan presente en varias culturas, al que algunos pueden tenerle miedo y para otros representa suerte. Había que pintarlo”, señala el maestro, quien no se olvida de plasmar ninfas y cucos.
“Si está el duende, debe estar el cuco. Cómo olvidarnos del Diablo Huma, el Chuzalongo. Las ninfas también porque habitan en nuestros bosques, en nuestros imaginarios”, explica.
De esta manera, apelando al realismo mítico, construye una serie compuesta de pinturas de distintos formatos donde cascadas, ríos, frutales y exóticos paisajes son los escondites de duendes y ninfas, donde la pasión está ‘a flor de piel’ y rebasa las telas expuestas por el maestro, donde la noche y el alba son los cómplices de las atmósferas que recrea.
Por su parte, los tonos cálidos envuelven a los cucos, que se exhiben entre ocres y rojos a través de la danza. El movimiento será sustancial en la paleta de Chikky de la Torre.
Entre bastidores
Chikky manipula uno y otro lienzo horas antes del montaje de su obra. Ahí cuenta que desde el 2000 viene pintando la serie, que ha ido trabajando de a poco.
Entre las pinturas busca una de gran formato: ‘Ninfa Energía en Vertical’, un cuadro de gran formato donde el paisaje toma un aire psicodélico y una mujer desnuda parecería que se entrega a la Luna.
TOME NOTA
La muestra permanecerá abierta hasta el 23 de noviembre, de lunes a viernes de 09:00 a 17:00.Hay una mirada sensual, un guiño erótico en sus desnudos y acciones míticas. El cortejo está latente en cada pintura y la seducción atrapa hipnóticamente a la retina.
Aquello se fusiona con lo ancestral, con la magia y el temor que se entrelazan cuando se habla del diablo. Es así como el bien y el mal, la fiesta y el rito, la noche y el día, se abrazan para reflexionar sobre la magia de la memoria. (DVD)