Suavecito

POR: Fausto Jaramillo Y.

Ambos piensan lo mismo, ambos actúan diferente.

Los dos últimos presidentes del Ecuador, el anterior y el actual, coinciden en su forma de pensar, ambos pertenecen al mismo movimiento político que considera al gobierno y a la burocracia como la única forma de dirigir un país. Ambos representan la visión estatista que busca que sea el gobierno el que disponga todo el dinero del país para invertir en aquello que ellos consideran hace falta en el país. Ambos sueñan con un país en que gobierno y gobernados coincidan en una sola forma de pensar, la de ellos. Pero, tienen estilos diferentes.

Cuando asumió la presidencia Lenín Moreno y sus palabras convocaron al diálogo y a la tolerancia, la oposición a Alianza País, y muchos ecuatorianos de otras tendencias, creyeron que se avecinaban tiempos de cambio, que la historia del país daría un vuelco y frescos vientos soplarían al, hasta ese momento, enrarecido ambiente que se respiraba en la cotidianidad.

La oposición se ilusionó y hasta creyó ingenuamente que el nuevo gobernante los llamaría, al menos a consultarles sobre temas políticos y económicos, cuando no a ocupar algún lugar en la conformación del gobierno. Las mesas de diálogo que se inauguraron les hizo pensar que cambiaría el modelo.

Pero, no. Todo cambió para que nada cambie. Las palabras amables chocaron con la realidad. Los funcionarios más cercanos, como son los Ministros pertenecían y pertenecen al mismo movimiento político, y no podía ser de otra manera, pues Moreno es el presidente de Alianza País. Ministerio del Interior, de Defensa, el equipo económico, la educación, salud y las demás oficinas gubernamentales están ocupadas por miembros del movimiento político.

Las últimas medidas anunciadas por el Presidente Moreno, especialmente las económicas no varían de las que implementó el anterior gobierno: endeudamiento agresivo, nuevos impuestos, etc. Lo que ya no se ve, es una agresiva inversión en megaobras, porque, claro, ya no hay dinero, pero el tamaño del Estado sigue siendo obeso y la burocracia sigue en aumento.

Entonces, ¿por qué el distanciamiento entre Correa y Moreno? Simplemente es una lucha de estilos, para mantener entretenida a la población. Al final, uno de los dos quedará de líder del movimiento político que desde hace 11 años empuja al país al modelo de un capitalismo disfrazado de socialismo, con cambios en la lista de los personajes más ricos del país y el aparecimiento de una nueva oligarquía, cuyos orígenes de su dinero está en la corrupción y en el engaño.