Larrea: ‘Moreno siempre fue incómodo en Alianza PAIS’

ENTREVISTA. Gustavo Larrea es el máximo dirigente de ‘Democracia Sí’
ENTREVISTA. Gustavo Larrea es el máximo dirigente de ‘Democracia Sí’

Una porción del oficialismo lo acusó de ser pieza clave del nuevo Gobierno. Él lo sigue negando, pero rompe el silencio.

Su oficina tiene los muebles estrictamente necesarios, persigue una atmósfera minimalista y de colores claros. Por una amplia ventana, entra el sol. Gustavo Larrea sonríe.

Niega y vuelve a negar que haya sido o sea parte del Gobierno de Lenín Moreno. Aunque, confiesa que a veces, de tanto que conoce al Presidente, no necesita ni escucharlo hablar para saber qué es lo que va a decir. Es su amigo y compañero desde hace 40 años, por eso cree que lo que pasa es que sus ideas “confluyen”.

Para Larrea, haber apoyado a Rafael Correa fue un error que cometieron muchos. Él incluido. Pero sugiere que todos tienen derecho a enmendar un error. Cuando impulsó a Correa creyó que estaba en el lado correcto de la historia; ahora cree que está vez sí lo está.

Ahora dirige el movimiento ‘Democracia Sí’, que el próximo 15 de noviembre realizará su convención nacional y en la tarde una marcha hacia el Palacio de Carondelet, de apoyo a la Consulta Popular planteada por el presidente, Lenín Moreno.

¿Por qué Moreno decidió ponerse al otro lado de la historia?
El presidente Moreno no ha cambiado de ideas. Hace más de dos años envió una carta a la dirección nacional de movimiento PAIS donde fija claramente una hoja de ruta. Donde plantea que la política no puede ser sin los ciudadanos y los movimientos sociales. Y expresa que una democracia debe tener como eje el diálogo y no la confrontación. Plantea, además, que hay que ir a un nuevo modelo económico, porque los modelos económicos y político basados en la concentración del poder del Estado, no son viables.

¿Hace dos años Moreno ya era incómodo para gente de PAIS?
Siempre fue incómodo. La candidatura del presidente Moreno surge porque no tenían otra alternativa. En relación a la relección indefinida, no estaba de acuerdo. Intentaron que no fuera candidato, sino otra persona: Glas. Finalmente, se dieron cuenta de que con Moreno tenían opción de ganar. Pero él ha dado muestras de dignidad a todos los ecuatorianos.

¿Cuál es la realidad política ante la cual hay que tomar postura, sobre todo dentro de Alianza PAÍS?
Hay un cauce mayoritario en la sociedad en pro de la democracia, de la paz social, del diálogo, del respeto a los Derechos Humanos y las libertades. Eso nos divide. Cada vez creo que muchos más ciudadanos estamos de ese lado. Y en el campo económico, a lado de multiplicar los panes.

¿El Presidente deberá controlar el liderazgo en Alianza PAIS?
Desde fuera, lo que vemos es una confrontación interna que les divide. Gente que apoya lo que el presidente Moreno impulsa y gente que apoya a Correa. No me quiero meter, ellos me acusaban de que me estaba metiendo en sus terrenos y eso es falso.

¿Qué rol jugó usted con el presidente Moreno al inicio de su Gobierno?
Ninguno, más allá de apoyar, ser amigo, escuchar y ver lo que está haciendo. Lo que yo tengo es confluencia de ideas. Confluyo con lo que él hace porque tenemos un proceso político y una visión de país común a una generación. Le conocí en 1977, en la época universitaria y la lucha contra la dictadura militar. ‘Dictadura no, democracia sí’, era nuestro grito en las calles. A veces me pasa que escucho una declaración del Presidente y hay una coincidencia, no es porque yo haya dicho antes, sino porque me siento afín y creo que es porque hay una generación que tiene un pensamiento común.

¿Tenía esa sintonía con el expresidente Correa como ministro?
Aparentemente sí, porque él había expresado ideas similares, pero después él traicionó un proceso de cambio social en democracia. Él creyó que el actor de la historia era él. El hecho de su débil formación política le llevó al envanecimiento personal, al odio, a la persecución. En nuestra vida iniciamos la lucha política no por odio a nadie, sino por amor, convicciones democráticas.

¿Se arrepiente de haber apoyado a Correa?
No es un tema de arrepentimiento, es un error político. Los errores que cometemos los ciudadanos y los pueblos, tenemos que corregirlos. Y dar la oportunidad a otros, que han cometido errores, también de corregirlos.

¿La consulta tiene el objetivo de legitimar en el poder al Presidente, más allá de las preguntas?
Lo fundamental de la consulta es abrir las puertas para reinstitucionalizar la democracia. Sin duda, por el enorme apoyo que tiene el presidente Moreno, también implicará un apoyo político a él. Alguna gente no se ha dado cuenta de cuál lado de la historia hay que estar, incluso gente que dice ser progresista se puso en el lado de la antihistoria.

¿La historia también es más libertad de expresión? Eso no se topó.
Desde luego es más libertad de expresión. Hay una agenda muy amplia de temas que podría haber estado en la consulta. Por eso digo, la consulta no es un todo, es la puerta de entrada a un momento histórico, y no más que eso. Desde luego, hay que luchar por la reforma constitucional: la comunicación es un derecho ciudadano. Hay que pelear por la reforma a la Ley de Comunicación, porque es punitiva, atenta contra los derechos y las libertades. Si bien el Gobierno no la aplica, eso no es suficiente.

¿Prohibir la reelección indefinida es la estocada directa de Moreno a su antecesor?
No es un tema personal, es una diferencia de fondo. Hubo un expresidente que quiso y que anhelaba perpetuarse en el poder. Eso es antidemocrárico, atenta contra la esencia de la renovación democrática de un país. La reelección indefinida debió ser sometida a consulta popular y no se hizo. La tentación autoritaria no es solo patrimonio de la derecha, sino también de sectores de la izquierda que creen que perpetuarse en el poder es revolucionario. Eso es lo más antirrevolucionario que existe. La renovación es revolucionaria.

La muerte civil de los corruptos contradice la doctrina del derecho penal por la que los delincuentes pagan su deuda y se rehabilitan.

Aquí vivimos un problema concreto: la corrupción, el peligro de que quienes la han practicado vuelvan a dirigir la función pública y ser candidatos. La pregunta tiende a la exigencia ciudadana de que devuelvan los bienes que se llevaron. Comparto el criterio de que, universalmente, en el derecho penal hay una tendencia distinta, pero la particularidad del país hace inevitable que tengamos una transición hacia la lucha contra la corrupción. Hay que ir también a una reforma que es fundamental: la contratación pública debe ser transparente. (MMD/ASC)

«La candidatura del presidente Moreno surge porque no tenían otra alternativa”.

«Alguna gente no se ha dado cuenta de cuál lado de la historia hay que estar”.

«Hubo un expresidente que quiso y que anhelaba perpetuarse en el poder. Eso es antidemocrárico”.