Jonathan Floril brinda concierto junto a la OSNE

Pianista. Partió a los 11 años de Ecuador. Fue calificado como un prodigio.
Pianista. Partió a los 11 años de Ecuador. Fue calificado como un prodigio.

Es el solista invitado de la OSNE y se presenta por primera vez junto a ella en la Casa de la Música.

Los dedos de Jonathan Floril recorren velozmente sobre un piano Steinway & Sons, y solo se puede pensar que si Floril fuese pistolero, sería –sin duda- los dedos más rápidos del Viejo Oeste. Pero sus manos no se hicieron para las armas, su manos se hicieron para arrancar las mejores melodías, es decir, sus manos son como palomas –aunque vuelen como águilas- y traen paz.

Este prodigioso pianista vuelve al país a los 7 años. Radicado en Austria, asegura que pese a la lejanía Ecuador siempre será su hogar: “Me siento en la casa de mi niñez. Crecía aquí hasta los 11 años y pese a mi temprana partida y el vivir en el extranjero, Ecuador es la cultura de mi corazón: es mi propia vida”, dice Floril con pausa, buscando la palabra precisa para expresar sus sentimientos.

¿Y qué representa Austria entonces? “Austria es una realidad paralela, otro planeta, en el cual puedo desarrollar lo que siempre quise: el amor a la música clásica”, señala en medio de una sonrisa, para luego agregar que “necesitaba respirar del sitio donde nació esta música”.

Recital

Floril es el solista invitado de la Orquesta Sinfónica Nacional del Ecuador (OSNE) para el concierto, titulado ‘Sinfonismo mágico’, que se realizará mañana en la Casa de la Música. Antes se había presentado junto a la Fosje, la primera vez con tan solo 16 años y ya era considerado un prodigio.

En esta ocasión vuelve con el ‘Concierto Nº3 para piano y orquesta, opus 30’ de Sergei Rachmaninoff. La pieza que quedó inmortalizada en la película ‘Claroscuro’, que aborda la vida del pianista David Helfgott y que le valdría el Oscar a Geoffrey Rush al encarnarlo.

“Esta es una obra especial para mí porque soñé toda mi vida en interpretarla. Con unos 7 u 8 años vi ‘Shine’ (‘Claroscuro’) y quedé encantado”, cuenta el pianista.

TOME NOTA
El concierto es mañana (20:00). Entrada: $30. Los fondos irán a la Fundación Filarmónica Casa de la Música.Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipiscing elit. Praesent porttitor, dui sit amet dignissim posuere, nulla enim hendrerit ex, at faucibus sem eros ut nisl. Ut blandit feugiat pharetra. Aenean congue dolor ac odio consectetur, vitae imperdiet lacus feugiat. Mauris maximus sed lectus id cursus. Integer vitae elit elementum, porttitor odio a, porttitor sem.
La pieza guarda una serie de anecdotarios que envuelven a la gala en una atmósfera mágica. Rachmaninoff escribió este concierto para el pianista polaco Jósef Hofmann (el mejor de todos, para Floril), quien no interpretó las partituras porque la consideraba muy moderna para la época.

Hofmann fue maestro del pianista americano-judío Marc Silverman, quien fue profesor de Floril en la Manhattan School of Music en Nueva York, donde el pianista ecuatoriano conoció de primera mano este legado musical de la escuela judío-rusa.

“Es una lástima que la escuela judío-rusa haya desaparecido producto de la Segunda Guerra Mundial y la invasión Nazi. Se exterminó a, posiblemente, la mejor escuela de todos los tiempos. Lo bueno es que entre las adversidades pueden surgir obras que perfectas y artistas insuperables”, reflexiona un compungido Floril, quien mejora de ánimo cuando piensa en el reto de la velada: “Si miras el Cotopaxi o el Everest encuentras perfección y belleza. Eso es lo que buscas en cada concierto: alcanzar la madurez del compositor, tratar de por lo menos rozar la belleza”.

Perfil

Hijo del oboísta Jaime y nieto del guitarrista Pablo Floril, desde su triunfo en el 59º Concurso Internacional de Piano Fryderyk Chopin, empezó una destacada carrera que lo ha llevado al Carnegie Hall de Nueva York, la Sala Tchaikovsky de Moscú, la Sala Eroica de Viena y la Sala Tonhalle de Zurich, entre otras.