Que no te engañen así se hizo la patria

AUTOR: Orlando Amores Terán

La primera carretera que une la Sierra con la Costa, la construyó el presidente Antonio Flores Jijón, hace 150 años. El ferrocarril lo construyó García Moreno y lo concluyó Eloy Alfaro, hace más de 100 años. El puente sobre el río Guayas lo construyó el presidente Clemente Yerovi, hace 50 años. La vía Quito-Santo Domingo la construyó la Junta Militar, en 1963. El aeropuerto de Quito lo construyó Velasco Ibarra, en 1960. El de Guayaquil lo construyó el presidente Isidro Ayora, en 1929. El de Cuenca fue inaugurado por Arroyo del Río, en 1941.

Toda la red de carreteras actual estuvo construida por Velasco Ibarra, Ponce Enríquez, Rodríguez Lara, mucho antes que el correato pretenda existir. Lo que hizo este régimen, es reasfaltar y ampliar carreteras construidas anteriormente. Toda la red de hospitales y centros de salud, estuvieron a nuestro servicio antes del correato. Lo que ha hecho este régimen es comprar y refaccionar hospitales. Las instituciones básicas para el funcionamiento del Estado: Banco Central, Procuraduría General de la Nación, Contraloría General del Tesoro, Banco Hipotecario (Banco de Fomento), Caja de Pensiones (IESS), fueron creadas por Isidro Ayora, en 1930. Cuando el correato asumió el poder, teníamos 3.500 escuelas y colegios. Las «escuelas del milenio» son apenas el 1% de las instituciones educativas. Todo el dinero petrolero del que ha dispuesto el nefasto régimen, fue posible porque en la presidencia de Velasco Ibarra se construyó el oleoducto SOTE; y en la presidencia de Gutiérrez se construyó el oleoducto OCP. Ningún gobierno anterior, vendió petróleo a 100 dólares. Solo en los primeros siete años de mayor bonanza petrolera que ha tenido en su historia, el Ecuador, el correato gastó 237 mil millones de dólares, que es más del doble de lo que todos los mandatarios anteriores, gastaron en 100 años, desde (1905-2006). Por tanto, no es mérito hacer obras, teniendo ingentes cantidades de dinero. Lo que hay que investigar son los sobreprecios; puesto que el gasto, al cambio actual, es de 1.76 veces más de lo que utilizó el Plan Marshall, para reconstruir Europa.

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