Nunca te enamores de un escritor

Patricio Durán

Estaba escuchando música del recuerdo por YouTube, cuando apareció el tema ‘Never marry a railroad man’ –‘Nunca te cases con un ferrocarrilero’ – de la banda holandesa Shocking blue, que dio mucho que hablar de 1967 hasta 1974, con su bella intérprete Mariska Veres. La canción empieza así: “¿Has tenido el corazón roto una o dos veces? Si es así ¿cómo te sentiste con sus primeras mentiras? Si no es así, necesitas este buen consejo, nunca te cases con un ferrocarrilero, él te ama de vez en cuando, su corazón está en su tren. No, no, no. No te enamores de un ferrocarrilero, si lo haces, olvídalo si puedes, mejor siempre elúdelo. ¿Alguna vez has estado afligida en tu cama? ¿Y tan sola que tus ojos se humedecieron? Déjame decirte una cosa: nunca te cases con un ferrocarrilero…”

Bueno, al contrario de lo que dice esta canción, nunca doy consejos, la gente tiene que aprender de sus errores. Esta es una declaración de intenciones -que como muchas otras que tengo como principios básicos de mi vida, si no les gusta tengo otros- que cambio según sople el aire y me traiga el olor del perfume de una mujer. Creo que mi vida ha estado marcada por las mujeres, y lo seguirá estando hasta que muera, o hasta que conozca a mi musa de inspiración. En todo caso, he ido de fracaso en fracaso en mis relaciones sentimentales. Si mis errores o aciertos los marcan las mujeres es buena señal, eso quiere decir que sigo vivo.

Decía que no doy consejos, pero esta vez haré una excepción, y recomiendo a las mujeres que –a diferencia del ferrocarrilero de la canción de marras- nunca se enamoren de un escritor, aunque hayan escuchado la frase “si te enamoras de un escritor serás inmortal”. Esto suena bonito, pero tienen que saber que los escritores somos seres heridos, por eso creamos otra realidad. Continuará.