Antisemitismo y fanatismo

Jaime Duran Barba

La sumisión autoritaria es la actitud sumisa de obediencia incondicional a líderes idealizados por un grupo, que promueve una estructura vertical del poder y el deseo de que sus líderes duren eternamente. La agresión autoritaria es la tendencia a ubicar, rechazar, condenar y perseguir a quienes violan los valores que el autoritario cree fundamentales. Para la Inquisición española había que encontrar y quemar vivos a los “marranos”, judíos conversos que practicaban en secreto ritos prohibidos. Para algunos autoritarios contemporáneos ha sido central perseguir a la prensa cuando comete la transgresión de pensar de manera independiente.

Normalmente los autoritarios creen en supersticiones que otorgan a su grupo una misión histórica trascendente.

El absurdo intento nazi de demostrar la pureza de la sangre aria emparentándose con los tibetanos o la proclama racista de algunos mestizos barbados que hacen negocio manipulando a los llamados pueblos “originarios” olvidan que todos somos solo africanos nómades que nos desparramamos por el mundo desde hace 300 mil años.

La estereotipia es la disposición a explicar todo lo que ocurre con prejuicios maniqueos: hay buenos y malos, patriotas e imperialistas, el demonio participa de la historia, que se explica por la lucha entre esos seres puros.

La variable “poder y fortaleza” dramatiza la importancia de las relaciones humanas: todos nos dividimos en dominantes y dominados, fuertes y débiles, dirigentes y dirigidos, explotadores y explotados. La escala se desarrolla usando subescalas que miden el culto por la fuerza y el desprecio por el débil, que en el mejor de los casos es un subnormal al que los iluminados deben proteger.

En la posmodernidad hasta el autoritarismo tiende a ser banal y por lo general solamente ejecuta a los disidentes mediáticamente y pone sus retratos en la plaza pública para que los niños los escupan. La extrema negación del otro lleva al autoritario a mentir sistemáticamente y defender sus posiciones con cinismo: las fantasías que respaldan sus supersticiones son siempre más verdaderas que la realidad empírica.

*Profesor de la GWU y
miembro del Club Político Argentino.