Pobre México

Patricio Durán

Cuentan que a finales del siglo XIX, el presidente de México Porfirio Díaz declaró: “Pobre México. Tan lejos de Dios, tan cerca de Estados Unidos”, refiriéndose a las ocasiones en que ha sido víctima de su poderoso vecino.

En esta ocasión debemos lamentar un nuevo sismo de 7.1 grados que ha devastado al país azteca, que nos hace exclamar ¡pobre México!, justamente el mismo día y mes que hace 32 años -el 19 de septiembre de 1985- dejó más de 10.000 personas fallecidas. Los mexicanos estaban recordando este lamentable acontecimiento y haciendo simulacros de evacuación, ajenos por completo a la tragedia que la naturaleza nuevamente les había deparado. Esta fatal coincidencia me hace estremecer de pies a cabeza, y nos motiva a la solidaridad.

Tengo un cariño especial por el pueblo mexicano, pues viví un tiempo en la ciudad de Los Ángeles –con gran presencia de mexicanos- he hice amistad con muchos “charros” mexicanos, incluso floreció un romance con una mexicanita a quien solía cantarle la canción “Ay mexicanita” de Julio Jaramillo. Esta mexicanita no tenía el prototipo mexicano, pues era güera –rubia- y de ojos azules.

Disculpas estimados lectores, me dejé llevar por la nostalgia. Decía que los ecuatorianos debemos ser solidarios con el pueblo mexicano, en especial Ambato donde padecimos un gran terremoto en 1949, que fue considerado el mayor sismo en el Hemisferio Occidental, matando a 5050 personas. Tuvo una magnitud de 8 en la escala de Ritcher.

Sabemos lo que impregnan en el ánimo esta clase de catástrofes, lo que golpean como sociedad. Pero sabemos también lo que es no sentirse solos. Y México, país de raza azteca, de coraje, no debe sentirse solo, porque es la hora de la unidad y de que cada país, en la medida de sus capacidades, llegue con apoyo. Es en la tragedia cuando no hay fronteras.