Alberto Fuguet: ‘Es bueno tener enemigos’

-Listo, Alberto. Todo será grabado para que todo lo que digas sea usado en tu contra…

-Uy, yo ya no puedo estar más en contra.

-No tanto como la Selección chilena.

-No sé. Me aburre la Selección. Creo que perdió, pero no me interesa.

Alberto Fuguet termina de acomodarse en un sillón de la Librería Rayuela. Bebe un medio vaso con agua al tiro. La charla con Eduardo Varas –previa a esta entrevista- lo ha secado. Igual, no deja de sonreír, de ser simpático. Aunque no se puede negar que tras sus anteojos una mirada desafiante nunca descansa.

El autor chileno llegó a Quito para participar en el encuentro ‘Escritor visitante’, una iniciativa del Centro Cultural Benjamín Carrión (CCBC) para generar diálogos entre destacadas figuras del mundo literario y el público de la capital ecuatoriana. Estas jornadas son organizadas por La Caracola Editores, que preparó una edición de ‘Juntos y solos’, una antología de los cuentos del autor de ‘Sobredosis’.

Fuguet no deja de mirar la tapa del libro –recién también puedo apreciarlo- y vuelve a tomar un trago de agua para continuar con la charla, que arranca con su aproximación al boom. Como coeditor de la antología ‘McOndo’ (1996) le hizo frente al realismo mágico y a la figura de Gabriel García Márquez. Con su última novela ‘Sudor’ (2016) se mete con Carlos Fuentes y expone el trabajo del mundo editorial y de las ferias de libros como plataformas para construir a un autor como marca registrada.

-Siempre te preguntan sobre el boom.

-Siempre –interrumpe con picardía-, no escapo de ese tema.

-Antes te habías metido con García Márquez en la edición de ‘McOndo’. Recientemente te metiste con Carlos Fuentes en ‘Sudor’, ¿por qué desmitificar a las vacas sagradas?

-Yo te respondería al revés. Siento que tengo un lazo con el boom. Diría que es un diálogo, pero hay que entender que hay diálogos positivos y negativos. ‘McOndo’ fue un acto de ironía. Un decir basta. Y con Fuentes es lo mismo: jugar y huevear con el personaje. Pero tengo diálogos positivos con (Manuel) Puig, por ejemplo, de quien tomo mucho para escribir ‘No ficción’. Fui alumno de (José) Donoso, de quien he escrito, y que por suerte no escribo como él. Tengo un diálogo muy cercano con Mario Vargas Llosa y eso queda reflejado en ‘Tinta roja’…

-Y no solo en ‘Tinta roja’, siempre lo mencionas positivamente: sus cuentos eróticos en ‘No ficción’, o cuando queda claro que el libro favorito de Nacho (personaje de ‘Mala onda’) es ‘Los cachorros’…

-Y mi libro favorito también. Me encanta ‘Los cachorros’. Sí, eso te dice que tengo diálogos positivos con el boom. Vamos, no siento odio por el boom, hay cosas que me gustan y las digo, y también digo lo que detesto.

-Bueno, te rebelaste con algunos del canon literario, ahora tú eres parte del canon. ¿Esperas que se metan contigo?

-Soy parte de un canon, pero distinto. Y no espero que se metan conmigo, porque ya se meten. Uff, lo que más tengo es diálogos. Qué más diálogo que te traten de asesinar. Qué mejor diálogo que el andar con guardaespaldas por un libro. Imagina que por un libro pueda correr sangre: por suerte no corrió la mía. Así me trataron en México, así dialogaron conmigo.

-También hay gente que te admira. Ray Loriga estuvo recién por Ecuador y no escondió su admiración hacia ti…

-A Ray lo presenté en Chile por su libro ganador del Alfaguara (‘Rendición’). Con Loriga no solo hay admiración, pues es el sentir que en un colegio o en un reformatorio no estás solo: es un compañero de ruta.

Evento. Participó en la tercera edición de ‘Escritor visitante’.
Evento. Participó en la tercera edición de ‘Escritor visitante’.

-¿Quiénes más son tus compañeros?

-Mira, con Ray coincidimos en la generación, pero un compañero va más allá. Por ejemplo, Andrés Caicedo siento que es un gran compañero de ruta y ni lo conocí. Puede haber escritores con los que te sientes cercano y siempre te acompañan. De hecho, hay muchos de mi generación que para nada están a mi lado, gente que quiere escribir como si viviera en el siglo XIX: eso es detestable. Lo mismo pasa con el cine, jovencitos de 25 años que quieren filmar como un director de 80 años. Gente de mi generación es aburrida y meten mucha lata en su trabajo. Ahí es cuando pienso que dialogo mejor con García Márquez que con muchos de mi generación. Mira, estoy seguro que con García Márquez me llevaría muy bien, coincidimos en nuestra fascinación por el periodismo y el interés por la cultura pop. Sé que a él le gustaba mucho la cultura pop, solo que no lo reflejó en sus libros y ahí viene mi crítica, que se centra en que era una persona en lo público y otra en lo privado. Eso es lo que detesto.

-Hablando de detestar, Matías Vicuña, personaje principal de ‘Mala onda’, dice: “El odio, al igual que el amor, hay que cultivarlo; si no, se corre el riesgo de olvidar por qué odiamos”…

-Esa frase es muy mía. Y sabes, me he puesto flojo en cultivar el odio. Soy de los que cree en eso de que uno puede perdonar, pero no olvidar. Yo no olvido a la gente que me ha hecho daño. Creo que es bueno tener enemigos y cuidarlos; eso sí, hay que escogerlos bien.

-¿Qué odias?

No de me gusta la gente a la que le va bien.

-¿A Vargas Llosa le va bien y lo admiras?

-Me gustan sus libros, pero no puedo negar que es torpe, sobre todo últimamente. No piensa las cosas ante de hacerlas, se cambia de partido político, cae en errores, se casa con la Preysler (Isabel).

El pasado agosto, el Congreso de Chile dio luz verde para despenalizar el aborto en tres casos. Los congresistas conservadores intentan frenarlo. El Sí y el No se debate hoy en Chile. En el libro que catapulta a Fuguet, ‘Mala onda’ (1991), el Sí y el No frente a Pinochet es una constante. Está latente mientras se narra la vida del joven Matías Vicuña.

-‘Mala onda’ es una novela de aprendizaje, pero también termina con un tinte político entre el Sí y el No al plebiscito frente el mantener a Pinochet en el poder. ¿Con estos elementos sentías que podías retratar la decadencia de la sociedad chilena de entonces? ¿La decadencia continúa?

EL DATO
La Caracola Editores publicó su antología de cuentos ‘Juntos y solos’-No hablo mucho de política, realmente me aburre. No necesito hablar de ello, mis libros hablan por sí solos. Sí, no puedo negar que trataba de que hubiese un tinte de novela política. Lo que me impresiona de ese libro es que los lectores continúan interesándose, y muchos de ellos no han vivido esa época. Quizás, es porque el Sí y el No continúa debatiéndose, no solo en lo que refiere a Pinochet, sino en varios temas. Y cuando hablas de decadencia, me encanta estar de ese lado. Hay que reconocer que el libro se escribe desde adentro.

-Ahora se habla del Sí y el No del aborto. Recuerdo que en ‘Mala onda’ tocas el tema con el personaje de Ximena Santander, quien se negó a abortar e iba a clases aunque la sociedad lo prohibía y termina siendo una mártir. ¿Estás en el Sí o el No?

-Yo siempre le digo sí a casi todo. Estoy a favor. Mira, en los 70’, 80’ y ahora hay gente que aborta. Pienso que es un derecho y que hay que entender que el aborto no es un hobby y que se lo hace por diversión. Un aborto, legal o ilegal, decidido o no, es una experiencia traumática, incluso para el hombre. (DVD)

Perfil

Alberto Fuguet

Escritor y cineasta chileno (Santiago, 1964). Sus primeros años de su vida transcurren en Los Ángeles, EE.UU., hasta que en 1975 regresa a Chile. Estudia Periodismo en la Universidad de Chile. Crítico del realismo mágico, edita la polémica antología de cuento latinoamericano ‘MacOndo’. Es autor de títulos como ‘Mala onda’ (1991), ‘Por favor, rebobinar’ (1994), ‘Tinta roja’ (1998), ‘Missing’ (2009), ‘No ficción’ (2015), ‘Sudor’ (2016), entre otros.