La dignidad del migrante

Rocío Silva

Hace algunos días circularon en las redes sociales videos, que intentaban hacernos ver las percepciones estéticas y culturales de las venezolanas y venezolanos recién llegados al Ecuador en condición de migrantes.

Para redactar esta columna he vuelto a observar por dos ocasiones, muy detenidamente el video propuesto en You Tube por el canal El-Quiteño, que dura casi 11 minutos, lo cual produjo que replantee un primer análisis del mismo, cuando consideré que existía una actitud reactiva de los migrantes ante la condición traumática de su escenario social, totalmente adverso, producto de una fuerte crisis política y económica en Venezuela.

La segunda y tercera revisión del video hicieron que encuentre situaciones comunicacionales irracionales por parte de quien funge de entrevistador; que con un desparpajo total y una ligereza de conceptos moralistas, patriarcales, machistas; se constituyó en agresor psicológico, hasta rayar en la dignidad de los migrantes venezolanos.

El improvisado comunicador empieza por interrumpir la jornada de trabajo como vendedoras ambulantes de dos mujeres, las asedia con preguntas muy personales, les lanza inmisericorde y vulgarmente cumplidos sobre su belleza, estereotipa su éxito en los encantos físicos, en contraposición de “la María” refiriéndose de tal forma a otra vendedora informal que cree es ecuatoriana, las venezolanas le aclaran que ella también su compatriota.

El descomedimiento se agrava cuando se dirige hacia una pareja, empieza a coquetear con la joven mujer, las tomas que se hacen de ella resaltan un figura muy estética; ella intenta ser amable, pero se indispone ante la ráfaga de pregunta acechantes, ella ha salvaguardado su relación de pareja.

En esta grabación se lanzó el irrespeto a paladas, llegó hasta el hombre a quien le conmina a que responda sobre si tiene preferencia en mujeres a partir de la geografía de origen. El machito ecuatoriano quiere oír que ella le diga que es guapo, quiere que la pareja entre en su juego, no alcanza a percibir que ellos responden lo que corresponde a la ética de compañeros de vida y sobrevivencia. No conforme con tanto desatino, entrevista a un vendedor ambulante ecuatoriano y alienta resentimientos.