ESMERALDAS
«De éste lugar (los bajo de la Gobernación de Esmeraldas) sólo me llevan a tres lugares: al hospital, cementerio o a mi puesto de trabajo», advirtió el exinspector de la Empresa de Agua Potable y Alcantarillado (EAPA) San Mateo de Esmeraldas, Leonardo Caicedo Zúñiga. No es el único decidido a morir por volver a trabajar, 80 en su misma condición coinciden en sus gritos de consignas en contra de sus expatronos.
Él, desde hace 18 meses, fue sacado de la empresa bajo la figura de paralización de servicios públicos. Algunos del grupo fueron acusados de sabotaje y terrorismo. Todos afirman que no lo hicieron.
«Hemos agotado todas las instancias del diálogo. Nos cansamos. Las autoridades deberían estar para solucionar nuestros problemas, pero no lo hacen, solo están en su estado de confort», criticó Juan Lastre quien también se desangraba.
Adelanta que no solo se inyectaran para botar sangre, también dejarán de comer y se encadenaran indefinidamente. Adelanta que irán en posta en el derramamiento, hasta que se los convoque a la mesa de diálogo. De momento ninguna autoridad de la EAPA o Gobernación los ha llamado a dialogar.
En contraste, los desempleados afirman que reciben ofensas de funcionarios que acuden hasta La Gobernación donde está el representante del presidente de la República, Lenin Moreno.
«81 familias sin el sustento diario desde hace 18 meses. Somos obreros en la desocupación. Reintegro inmediato». «Sin trabajo no hay progreso», son algunas de las frases en los carteles que portan los desempleados esmeraldeños que desde hoy empezaron a protestar en exigencia de trabajo. (MGQ)