¿Gira fracasada?

Rodrigo Santillán Peralbo

Entre el 13 y el 17 de agosto el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, visitó Panamá, Chile, Colombia y Argentina con la intención de afianzar el dominio y recuperar la hegemonía imperial en América Latina y el Caribe. Ese personaje es un fanático republicano y amigo de Prince, el negociante de la guerra que convierte a soldados colombianos, salvadoreños, chilenos, panameños en mercenarios para que vayan a morir en Medio Oriente defendiendo los intereses geopolíticos de Estados Unidos.

En su gira, Pence, pretendió ordenar a los gobiernos “amigos” a ingresar a la Coalición Internacional que dice luchar contra el Estado Islámico (Daesh) que, de conformidad con analistas de todo el mundo, es una creación de Estados Unidos y sus aliados de Europa. Dijo: “Llamamos a nuestros compañeros a lo largo de América Latina a seguir el ejemplo de liderazgo de Panamá y unirse a la coalición global para vencer a ISIS”.

La Coalición Internacional contra Daesh fue creada en 2014. Está liderada por Estados Unidos y sus socios de Europa que, con sus bombardeos, han matado a decenas de civiles en Siria, porque el imperio promueve a los terroristas, los arma, entrena y financia para combatir y derrocar al gobierno legítimamente constituido de Bashar al Asad, quien jamás autorizó ningún tipo operaciones militares en territorio sirio. Estados Unidos, como siempre, viola las normas elementales del Derecho Internacional.

Pence considera que el mundo pertenece a Estados Unidos y que América Latina es su patio trasero, pero ignora que América Latina y el Caribe fueron declaradas zona de paz. En lo que respecta a Venezuela, Pence recibió un categórico rechazo a sus planes guerreristas y tampoco obtuvo el aislamiento de Corea del Norte. ¿Esa gira fue un fracaso imperial?

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