POR: Laura Benítez Cisneros.
La soberanía del pueblo es respetar a sus mandantes en la gestión que se les confió en el gobierno anterior, pero en la última década el engaño y corrupción que adoptaron con este nuevo sistema político no funcionó, ni funcionará. Es por esa razón necesario que haya una consulta popular en la que debemos aprobar métodos democráticos que aún no los hemos vivido.
La principal prioridad es preguntar al pueblo ecuatoriano cuál es el camino que se debe tomar en temas puntuales, ya que las condiciones en las que se encuentra el país son deplorables. Las hazañas que se debe realizar en la organización a las reformas de los cuestionarios de la consulta deben ser puntuales, sin matices politiqueros que empañen el procedimiento que se piensa poner en marcha, haciendo énfasis en la verdadera necesidad en la cual estuvo sumido nuestro pueblo por 10 años de correismo.
En la que la confianza se volvió desconfianza y la verdad traición y engaño, en donde la soberanía de la Asamblea cambie dando garantías de hecho y derecho en sus leyes, respetando la expresión a los medios de comunicación y que la Corte de Justicia ocupe su finalidad para lo que fue creada, desarrollando sus principios y normas de conducta en base a la verdad. Otro factor puede ser recuperar los dineros de nuestro país, hoy que el Presidente Lenín Moreno y el pueblo han dado pautas de contribución para combatir la corrupción.
El CNE debe volver a tener sus representantes políticos de todos los partidos, para evitar ser manipulados en el sistema electoral, judicial y evitando que la Constitución sea nuevamente violada.
Cambiemos el engranaje dictatorial que durante 10 años no se ha cumplido con nada en beneficio del pueblo y país, por la falta de conciencia en las obras realizadas mediocremente por el gobierno anterior.