Centenario

MIGUEL ÁNGEL RENGIFO ROBAYO

Un genio, un mito, constructor de su propia imagen; Félix Valencia Vizuete (Latacunga, 1886-Quito, 1918) Bachiller del Instituto Nacional “Mejía” en 1908, poeta trágico y sublime. Soñador, bohemio y extraño al entorno de la época.
Sus “Poemas del Dolor” y “Cantos de vida y muerte” han trascendido en la historia de la poesía ecuatoriana. La letra del pasillo “Náufrago” (Mar adentro) corresponde a su autoría; fallece joven, solo y abandonado.

Un estudio de sus obras poéticas ha demostrado el talento de este latacungueño singular, que escribió el dolor de su tiempo, con espacios de protagonismos autobiográficos a momentos. La infancia truncada desde la ciudad medular hasta su aparición adolescente en el colegio Nacional Mejía de Quito a cursar un bachillerato que también ve frustrado por la falta de recursos.

Este 31 de agosto se celebraron 131 años de su natalicio, y coincidente y olvidado en el 2018 se celebrará los cien años de su desaparición, pueden ser elementos que nos permitan conocer muy de cerca la actualización y puesta en valor de este insigne poeta ecuatoriano; su biografía testimoniada por algunos cercanos dan fe de la negativa de editores quienes lo rechazan, obras que posteriormente verían la luz de manera esporádica.

Volver a los inicios del siglo XX cuya época de contraste y limitaciones, de reivindicación e idealismo progresista vivió el poeta latacungueño. Precisamente por esos caminos de transición romántico-modernista, madura la personalidad literaria de Félix Valencia.

La sangre del poeta es de protesta, desbarata máscaras y barreras de un amor azul, convirtiéndolo en ardor humano atravesado de paisajes raros. Su lamentación íntima perfora sensiblerías sociales y abre honestidad literaria mediante frases directas y substanciosas.

Este modernismo fuerte de Valencia contempla los sentimientos patrióticos y religiosos en forma airada y los comparte con quienes quieren acariciar el vientre de la justicia. Su voz lírica se desprendió poco a poco del romanticismo llorón adquiriendo vigor social, elevada serenidad y preocupación constante por los perseguidos y humildes. Nuevamente se exigen los homenajes y puestas en valor de un ser humano como la del poeta Valencia, será imperioso comprometerse en un evento que genere conciencia sobre su obra.