Al aire libre

Andrés Pachano

En la última administración del recordado alcalde Neptalí Sancho Jaramillo, aquella que fue quizá la más prolífica en obras ejecutadas para la ciudad, entre tantas de las que se entregaron a la colectividad aprovechando el motivo de la Fiesta de la Fruta y de las Flores en su edición anual de 1962, se hallaron dos importantes realizaciones, complementarias entre ellas: el Teatro al Aire al que se le bautizó con el nombre de Ernesto Albán y el Parque de La Madre, en el barrio La Vicentina, lindo balcón de la ciudad.

La actual administración municipal de Ambato, ha emprendido en una necesaria remodelación del teatro; los trabajos se refieren a la recuperación del ágora originaria con nuevos materiales pétreos, pero también respetando en lo posible la piedra original con la que se la construyó; dos elementos nuevos se destacan: un escenario apropiado a las actuales exigencias técnicas para la representación de artes escénicas y musicales y la edificación de un elemento arquitectónico que, a la par de enmarcar el proyecto y ser portón de ingreso al complejo, será una sala de exposiciones y un centro para la difusión de la danza; a todo esto se suman los espacios de servicios necesarios. Interesante e importante la concepción del proyecto.

Parte necesario del complejo original, es el Parque de la Madre, los dos, el teatro y el parque, se complementan, se unifican; sería de desear que también este emblemático parque y su entorno urbano sean intervenidos, remodelados y que su ícono central, el que le da carácter y razón: la escultura a La Madre, vuelva a su estatus inicial. Esta escultura en andesita es obra de Jaime Andrade Moscoso -escultor de aguda sensibilidad- es de las mejores que existen en la ciudad, esta bella piedra es una madre recostada que funde su cuerpo desnudo con el del hijo al que protege y amamanta, inicialmente estuvo instalada en el centro de un espejo de agua y se la admiraba de arriba hacia abajo; con posterioridad, infelizmente y con criterio pacato, la hermosa pieza escultórica fue colocada en un feo y alto pedestal que, a propósito y con mojigatería, impide la admiración de ella.

¡Ojalá vuelva a su concepción inicial!