La consulta popular es un punto de encuentro

Consulta. La última vez que se convocó a un referéndum fue en 2011, cuando se preguntó al país sobre la reforma judicial.
Consulta. La última vez que se convocó a un referéndum fue en 2011, cuando se preguntó al país sobre la reforma judicial.

Todas las fuerzas políticas coinciden en la necesidad de una consulta popular.

Un fantasma que recorre el país: el rumor de una consulta popular. Gran parte de los sectores políticos, desde la izquierda y la derecha, coincide en que ese sería el mecanismo propicio para desmontar el modelo autoritario instituido por el expresidente Rafael Correa y resolver los problemas institucionales y políticos que se desprenden del sistema jurídicos.

Geovanny Atarihuana, director del partido Unidad Popular, considera que la realización de una consulta popular es “urgente” para el combate de la corrupción, que requiere indispensablemente “desmontar el aparato correísta que ha garantizado la impunidad”. En ese sentido, critica la falta de independencia judicial y la influencia del expresidente en los organismos de control, consolidada por medio del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social y sus mecanismos de selección de funcionarios, que dieron la más alta calificación, por ejemplo, al excontralor Carlos Pólit, hoy sindicado.

De cualquier forma, Atarihuana considera de elemental importancia que se consulte sobre la reelección indefinida, la conversión de la comunicación en servicio público, y la necesidad de declarar la extinción de dominio de los bienes de los corruptos.

La derecha por la consulta

En las antípodas ideológicas de Atarihuana, el asambleísta Patricio Donoso, de CREO, también respalda la idea de una consulta popular y coincide con el dirigente izquierdista en varios de los temas. “Yo pienso que es absolutamente necesario eliminar la reelección indefinida”, dice, “también la eliminación de ese concepto absurdo de que la comunicación como servicio público, como que fuese alcantarillado, agua potable o luz eléctrica, cuando la comunicación es un Derecho Humano”. El legislador piensa que es primordial eliminar las “absurdas enmiendas” que el correísmo, sin consultar, aprobó desde su Legislatura en diciembre de 2015.

Paco Moncayo, exalcalde de Quito y excandidato presidencial, recordó que durante toda su campaña ofreció la realización inmediata de una consulta popular “para desmontar un sistema que le ha causado mucho daño al país”.

Él piensa que así como una consulta popular sirvió para que Correa “meta las manos en la justicia”, también puede servir para resolver los problemas de la actualidad. Él también piensa que, aprovechando la popularidad del presidente Lenín Moreno, se debe eliminar con una consulta la reelección indefinida, la Función de Transparencia y Control Social, el uso de las Fuerzas Armadas para seguridad integral, la comunicación como servicio público e incluso se debe preguntar sobre la eliminación de la Superintendencia Comunicación. Moncayo no descarta que sea bueno preguntar sobre la devolución a la Contraloría de su capacidad de realizar auditorías de gestión.

Contrapunto oficialista

El político de Alianza PAIS, Jorge Albán, considera que una consulta popular “siempre es válida como un camino de la democracia para resolver conflictos”. Sin embargo, él piensa que hay que ser prudentes, reflexionar con serenidad sobre el mecanismo más idóneo para resolver los problemas de las instituciones. Teme que una consulta popular se convierta en un tema “politiquero” y por eso cree que es mejor realizar una discusión nacional para encontrar soluciones, porque “no necesariamente la vía de la consulta popular es la más conveniente”. (MMD)