Réquiem para el libro?

POR: Luis Fernando Revelo

Se cuenta que los catalanes festejan a San Jorge con libros y rosas. El libro no ha pasado al desván del olvido. Ese día los libros se venden por millones. Es una simbiosis perfecta entre literatura y estima. De ahí que la Cámara del Libro pedirá a la Unesco que esta fiesta sea declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

Nos resistimos a aceptar lo que decía alguna vez el escritor mexicano Jorge Volpi: “el predominio del libro electrónico se convertirá en la mayor expansión democrática que ha experimentado la cultura desde la invención de la imprenta”. Muy a pesar de que las pitonisas pregonan el futuro exitoso del libro digital, la Casa de la Cultura de Imbabura y quienes gustamos del mágico mundo bibliográfico, jamás eludiremos los irresistibles encantos que traen consigo la tinta y el papel. Por ello el pasado Jueves Académico, el Núcleo entregó tres selectas obras.

Gustavo Andrade, actual subsecretario de Senplades de la zona 1, con una brillante hoja de vida, con su experiencia de catedrático y catalogado investigador, nos entregó “Las comunas ancestrales de Quito, retos y desafíos en la planificación urbanística”, para referirse a aquellos territorios comunales ancestrales que históricamente han estado al margen de los modelos de gestión territorial, que demandan la modificación de los criterios con los que se ejecuta la planificación urbanística.

Enrique Vallejos es el autor del opúsculo “Área de candela”. Su ingenio se plasma a través de la caricatura con su exquisita habilidad, su vivaz imaginación y su gran sentido del humor.

Claudio Proaño nos presentó “La vía del turismo resiliente”, cuya melodía comunitaria es la comunidad Inty, que promueve la espiritualidad colectiva, el lugar del florecimiento.

¡Enhorabuena!