El mal aliento

Patricio Durán

“El compañero Bruno es fiel como el mal aliento”. De esta manera empieza el cuento del escritor argentino, Julio Cortázar ‘El Perseguidor’, su célebre cuento sobre el saxofonista Charlie Parker. En verdad el mal aliento o halitosis es fiel como el compañero Bruno del cuento de marras. La halitosis es un mal típico de los humanos, a veces la padecemos y no nos enteramos.

Los fumadores generalmente tienen mal aliento. “Besar a un fumador es como lamer ceniceros”, decía alguien. Las cajetillas de cigarrillos deberían llevar una leyenda que diga: “Fumar causa halitosis”, “Fumar produce impotencia”; tal vez así los fumadores dejen este maldito hábito, ya que anuncios como “Fumar produce cáncer”, parece que no han dado resultado.

Uno de los mejores remedios para dejar de fumar me lo dio una enamorada de la juventud, amor de estudiante, mi primer amor: “Si no deja de fumar, no le beso”, me sentenció. Y como el beso es considerado un formulismo, pero es de esos formulismos de los que muchas veces depende la vida, tuve que dejar de fumar, por lo que le agradezco a ese antiguo amor que ya se pierde en las brumas etéreas del tiempo y los recuerdos.

Uno de los problemas más serios del mal aliento es que muchos de los que la sufren no lo saben debido a que conviven con el problema todo el día, más bien son las personas que los rodean los que se sienten afectados, creando un problema social y la pregunta “¿le digo o no?”… 9 de cada 10 veces nunca le decimos, ya sea por temor o por no herir la sensibilidad de la persona.

Lo más importante de todo esto es que esta enfermedad tiene cura, y si las indicaciones del odontólogo son seguidas de forma continua, el problema es eliminado en un 100%. No olvidemos que la vida solo se vive una vez y siempre será más agradable con buen aliento y muchos besos.