Locura vial

Salvatore Foti

Desde Estados Unidos llegan a menudo noticias de desequilibrados que, con un arma legalmente adquirida, matan a decenas de inocentes. Dan vuelta al mundo y no dejan de asombrarnos ni de indignarnos. Sin embargo, aquí también tenemos algunos desadaptados que, con armas legalmente adquiridas, matan a centenares de inocentes a lo largo y ancho de las carreteras. Su arma: los buses que manejan con total inconsciencia, irrespetando las leyes de tránsito y las de la física.

Apena saber que sobre este asunto nadie hace nada y, por ejemplo, el accidente de hace pocos días en la vía Aloag-Santo Domingo, que dejó 30 heridos y 14 muertos (muchos de ellos irreconocibles, debido a las fuertes quemaduras) se considerará uno de los muchos que ha habido y que seguirá habiendo por mucho tiempo.

No existe la voluntad política de poner un alto al abuso diario de los cuales somos víctimas los usuarios del transporte público. Esto es una pena, considerando que muchos accidentes, incluido el ya mencionado, habrían podido ser evitados fácilmente. Es impensable que un bus sin revisión circule sin problemas por las calles del país, sobre todo porque ya en el mundo hay tecnología de sobra para que se logre supervisar e impedir que unidades que no cumplen con las normas sigan operativos.

Debería existir un control del territorio por parte de la policía, que debería ser capaz de hacer cumplir las leyes de tránsito en general, pero parece que los controles y operativos solo existen cuando hay feriado y las autoridades pueden salir para la foto. Y esto por no seguir hablando de la falta de control sobre choferes que han de estar manejando sin tener un solo punto en la licencia.

Para colmo, en estos días que sale a la luz la infeliz noticia de que el servicio de transporte ‘Uber’ no podría operar en el país, escudándose bajo la más absurda e hipócrita defensa de las leyes. Qué pena que estas mismas leyes no sean capaces de prevenir que un conductor de transporte público mate a decenas de personas y que encima se atrevan a exigir un aumento de tarifa en los pasajes y todavía hay rufianes políticos que les secundan.

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