Moreno ante su desafío

AUTOR: EDUARDO CHIRIBOGA APONTE

Las declaraciones recientes de nuestros gobernantes hay que analizarlas cuidadosamente. Algunas de Moreno que fueron abiertamente contrarias a lo dictaminado por su antecesor, provocaron su respuesta déspota y grosera, como es su costumbre.

Pero paralelamente se designa a Patiño como asesor presidencial y a varios incondicionales del ex como embajadores, lo que deja interrogantes. Sin embargo, las últimas declaraciones del Presidente, reconociendo el descalabro económico heredado, la corrupción enquistada en el poder y los comportamientos “ovejunos” que tanto daño hacen a la democracia, abren ya una brecha enorme en el liderazgo y comportamiento de ambos líderes, encendiendo finalmente una luz al final del túnel, esperanzadora para el futuro de la patria.

Claro está que habrá que observar si el distanciamiento entre ellos es premeditado y si el cambio de estilo es apenas un retoque para continuar con el mismo cuestionado y anacrónico manejo económico. Analizaremos si actuará con ideas propias o acatará las órdenes que le lleguen por video conferencia desde Bélgica. Si pondrá “en su sitio” a las asambleístas que cuestionan el inicio de los diálogos y si pedirá pronto la renuncia “a medio Gabinete” que le fue impuesto, entre otras decisiones que debería tomar.

Pienso que lo más relevante de lo actuado por Moreno es el Diálogo Nacional. Escuchando a todos, especialmente a la oposición, que como bien lo ha reconocido se convierte en una “asesoría gratuita”; se llegará a acuerdos en beneficio de las grandes mayorías y así poder delinear una política propia. Dividir al país es lo peor que nos ha sucedido. Las mesas de diálogo, dentro de las que sobresale la esperada Minga Agrícola Nacional, ha despertado grandes expectativas en el sector rural, pues, su objetivo es la reactivación con justicia, transparencia y equidad al agro ecuatoriano, olvidado hace ya cuatro décadas y secuestrado por grupos hegemónico, íntimos de los gobiernos de turno.

Pienso que ha llegado el momento para que Lenín muestre al país -a quién mismo hemos elegido- y pueda cambiar la desconfianza por certeza, injusticias por equidad, cinismo por transparencia y enrumbarnos gracias a su estilo de gobernar, hacia un desarrollo sostenido en el tiempo, mas no en mayor e irresponsable endeudamiento.

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