Terrorismo presente en la frontera entre Colombia y Ecuador

DISIDENTES. Muchos hombres de las FARC no se acogieron al proceso de paz.
DISIDENTES. Muchos hombres de las FARC no se acogieron al proceso de paz.

Aunque las FARC se están desarmando y el ELN dialoga en Quito, otros grupos amenazan a Ecuador.

Aunque en el discurso político se dice que la guerra en Colombia ha terminado, la incertidumbre y la zozobra crece en ciudades y áreas rurales del vecino país, especialmente en la frontera colombo-ecuatoriana.

Si bien las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) entregaron públicamente buena parte de sus armas, pareciera que todo sigue igual que antes. Otros grupos ilegales, como el Ejército de Liberación Nacional (ELN) –que adelanta diálogos con el Gobierno colombiano en Quito-, el Ejército Popular de Liberación (EPL), el Movimiento Revolucionario Popular (MRP) y el Clan del Golfo o Clan Úsuga, siguen en armas.

A eso se suma que los cultivos ilícitos han crecido, el narcotráfico sigue imparable y la minería ilegal alimenta la violencia en los territorios cercanos a Ecuador.

Los que siguen en armas

De acuerdo con datos de la inteligencia colombiana, luego de que las FARC decidieran acogerse al proceso de paz, quedan en armas unas 8.000 personas pertenecientes a grupos ilegales. El ELN tendría unos 3.000 integrantes, fuera de sus redes de milicianos, activistas y simpatizantes.

El Clan del Golfo, la principal y más temible banda criminal en estos momentos, cuenta con unos 2.000 hombres armados. A eso se agregan las pandillas y grupos locales sobre los cuales no hay una cifra exacta.

También figura la disidencia del Frente Primero de las FARC, que puede tener unos 300 combatientes en los departamentos fronterizos de Nariño y Putumayo y otros grupos menores como el EPL y ahora el MRP, que estría ligado a la bomba que explotó el mes pasado en un centro comercial de Bogotá.

Para las autoridades colombianas, la estrategia para enfrentarlos es difícil, ya que cada grupo tiene sus propias características, modo de operar, financiación y despliegue regional.

La capacidad del ELN

De todos, el problema con el ELN es el más relevante y difícil de resolver, sostiene un informe de la revista Semana. Su historia es larga y tiene respaldo social en algunos territorios. Sus grandes fuentes de financiación son el secuestro, la extorsión y la minería ilegal. Aunque no tiene la capacidad de sostener una ofensiva de guerra como las FARC en su momento, sí tiene capacidad de hacer daño humanitario y económico. Mantiene y defiende prácticas como el secuestro, el reclutamiento forzoso y la siembra de minas antipersonales.

En los últimos meses ha puesto en jaque la producción petrolera con sus ataques al oleoducto trasandino, con graves consecuencias económicas y ambientales, tanto para Colombia como para Ecuador.

BOMBAZO. El oleoducto Transandino ha sido atacado varias veces por el ELN.
BOMBAZO. El oleoducto Transandino ha sido atacado varias veces por el ELN.

Incertidumbre con los ‘elenos’

Hoy en día la prioridad de los militares colombianos ha sido golpear al ELN y capturar a sus redes políticas. No obstante, el Gobierno de Juan Manuel Santos confía en que salga adelante la negociación que se abrió desde enero en Quito.

Si bien Pablo Beltrán, el jefe negociador de esta guerrilla afirmó hace dos días en una entrevista con AFP que están “cerca de que haya un cese al fuego bilateral temporal”, la realidad es que las conversaciones avanzan demasiado lento y han recrudecido las acciones de estos irregulares. Tampoco es claro que el horizonte inmediato de los ‘elenos’ sea dejar las armas. El ELN es por tanto un factor de violencia alrededor del cual hay incertidumbre.

Disidentes y neoparamilitares

Otra amenaza en ciernes es la disidencia del frente Primero de las FARC. Están en la frontera y manejan el narcotráfico como lo haría el mejor de los cárteles de la droga.

La lucha contra el Clan del Golfo es igualmente compleja sobre todo en el Pacífico. Sus integrantes se mueven en masa por Tumaco y por varios ríos, han combatido con el ELN generando desplazamientos masivos de más de 800 personas este año. En regiones como Nariño y Cauca operan a través de franquicias del crimen contratadas por el narcotráfico y la minería ilegal para proteger el negocio y cobrar cuentas.

‘Se tomaron los ríos fronterizos’

El jefe máximo de las FARC, Rodrigo Londoño, denunció que aumenta la presencia paramilitar en la frontera con Ecuador, donde buena parte de esa guerrilla está en pleno desarme.

‘Timochenko’ sostuvo que mientras cerca de 7.000 guerrilleros están dejando las armas, bandas paramilitares expanden su influencia en la región fronteriza con el ánimo de apoderarse del negocio del narcotráfico en la zona.

Según ‘Timockenko’, los funcionarios de la ONU que supervisan el desarme de la guerrilla comprobaron la presencia de esos grupos, que en el pasado combatieron a muerte a los rebeldes y que ahora están dedicados al tráfico de drogas y otras actividades ilegales.

“Las bandas armadas que antes eran fuertes en San Sebastián, San Juan, Pital y San Pedro, se crecieron repentinamente, tomándose todos los ríos de la frontera con Ecuador”, indicó.

Incluso, agregó, “ya es normal verlos pasearse de civil ofertando pagar 10 millones de pesos (unos 3.470 dólares) a cada guerrillero que se pase a trabajar con ellos”.

DOGRA. La incautación de cocaína en la frontera es constante. (Foto Policía de Colombia)
DOGRA. La incautación de cocaína en la frontera es constante. (Foto Policía de Colombia)

‘Hay que tener cuidado’

Lo que no dijo el líder guerrillero es que también muchos de los hombres de las FARC no han querido sumarse al proceso de paz, precisamente porque continuar en el narcotráfico es uno de los mejores negocios que jamás han tenido.

El propio ministro de Defensa de Colombia, Luis Carlos Villegas, advirtió: “Hay que tener especial cuidado” con lugares como Nariño y Tumaco, “donde realmente hay una concentración todavía de violencia”. Ante la situación, las Fuerzas Militares colombianas han caracterizado la situación actual como un tiempo de paz inestable. Y el peligro principal se cierne sobre Ecuador. (OGL)

CIFRA

684
kilómetros de frontera comparten Colombia y Ecuador.

El gran negocio de la droga

El pasado 15 de junio se ubicó un complejo cocalero en la selva cercana al río San Miguel, entre Putumayo y Sucumbíos. Ahí se hallaron 14 edificaciones con capacidad de producir una tonelada de cocaína a la semana.

El gran negocio de la droga

El pasado 15 de junio se ubicó un complejo cocalero en la selva cercana al río San Miguel, entre Putumayo y Sucumbíos. Ahí se hallaron 14 edificaciones con capacidad de producir una tonelada de cocaína a la semana.

“El complejo fue descubierto en la vereda las Brisas en la frontera con Ecuador. Se logró la incautación de 1.004 kilos de cocaína en solución y 271 kilos de base de coca. Además de gran cantidad de precursores químicos”, aseguró el general José Ángel Mendoza, director de la Policía Antinarcóticos de Colombia.

Coca en la Panamericana

En mayo de este año fueron incautados 1.107 kilos de cocaína sobre la vía Panamericana también en la frontera con Ecuador.

“El ‘clan’ decide mover los 1.107 kilos hasta Ecuador, donde miembros de esta misma organización poseen enlaces, quienes almacenan la droga en centros de acopio y desde allí la envían en pequeñas cantidades hasta los puertos para ser ocultada dentro de las motonaves que zarpan con destino a Europa”, afirmó el subdirector de la Policía Antinarcóticos, coronel Tito Castellanos Tuay.