Los Aravicos

Luis Fernando Revelo

Cotacachi, la tierra que no es solo historia, sino leyenda de grande prosapia y espíritu, mantiene enhiesta su presencia y su prestancia de tierra privilegiada de la armonía ecuatoriana. Aquí se han perfilado artistas de connotada nombradía, como el conjunto musical los Aravicos.

Sus primeros pinitos, los dieron en 1 982, en el coliseo del Instituto Luis Ulpiano de la Torre. Allí descuellan con su talento fundacional: Marlo Montalvo, Ulpiano García, Jorge Padilla, Ernesto Guerra, Wilson Haro y Carlos Echeverría de la Torre.

Los Aravicos han creado y han interpretado en su tierra y fuera de los linderos patrios, como Colombia y Estados Unidos, porque en sus voces y acento está pleno el humus sentimental latinoamericano. En ellos está viva la canción ecuatoriana. Treinta y cinco años de ser devotos de la melodía que lleva en su corazón el rumoroso palpitar de los acordes. Advienen luego otros oleajes generacionales que sufren la obsesión del sonido armonioso y han experimentado el orgullo de llevar un laurel como tributo a sus nobles esfuerzos.

Han compartido escenarios con prominentes figuras como: Piero, Ernesto Cavour, Facundo Cabral y Tito Fernández. Sus producciones musicales están perennizadas en cassettes, CD’s, LP’s. Hoy, a la vuelta de 35 años, la música de los Aravicos, sigue asombrando y la sentimos agitarse como jilguero. Con ella renace el aroma y los aires de esta tierra. Por ello la Casa de la Cultura Ecuatoriana “Benjamín Carrión” Núcleo de Imbabura, en el marco de la Sesión Solemne que organizó en Cotacachi, el pasado 3 de julio, con motivo de los 156 años de cantonización, entregó la Medalla “Pilanquí” a este afamado grupo y una placa de reconocimiento al Sr. Ángel Rodas, por su proficua actividad artesanal. ¡Enhorabuena!