¿Será cierto?

POR: Fausto Jaramillo Y.

Al momento de escribir este artículo aún no se había realizado el juicio político del ex Contralor Carlos Polit, propuesto por la bancada de AP, en la Asamblea Nacional; sin embargo bien vale la pena destacar ciertos detalles que envuelven este juicio, determinadas preguntas que no tornan muy claro el evento.

Según los abogados, y no me refiero a los que tienen un papel importante en este juicio, el hecho de no estar presente el acusado así como el de haber negado a sus abogados a que lo representen, no solo que invalida el juicio sino que atenta contra los derechos humanos al no darle al acusado el derecho a la defensa. ¿Por qué actúa así la Asamblea? ¿Por qué la bancada de AP impide a Pólit el ejercicio de sus derechos? ¿Será que se actúa así, para que luego de unos años, el Dr. Pólit demande al Estado por unos cuántos millones, por concepto de indemnización? ¿O tal vez se trate de mantener fuera del país al Dr. Pólit para que no nos cuente los pecadillos de otros?

En segundo lugar, si por el aire flota una sospecha sobre determinados funcionarios públicos que estarían involucrados en la enredada trama de coimas procedentes de la compañía brasileña Odebrecht, ¿por qué tanto interés y prisa en enjuiciar al ex Contralor?

El Dr. Pólit envió a la Comisión de Fiscalización de la Asamblea, través de sus abogados, unas cuantas cajas de documentos referentes a sus acciones y omisiones como pruebas de descargo, ¿por qué no se han dado a conocer el contenido de dichos documentos? ¿Será que la comisión ha tenido tiempo de clasificar los documentos, ordenarlos, copiarlos para enviar a todos los asambleístas, leerlos, analizarlos y criticarlos, o será que estamos en un caso similar al que se produjo hace unos años en Guayaquil, donde un juez, en 24 horas leyó más de 5.500 páginas y escribió una sentencia de 176 páginas?

Se podría argumentar que este sería el primer eslabón de una larga cadena de corrupción, y que a partir de este, seguirán otros juicios, en los que los involucrados serían otras personas. Pues, es factible; pero las dudas surgen cuando los Fiscales Generales, el anterior y el actual, a voz en cuello declaran que no saben nada, que no pueden hablar, que lo único que saben es el nombre del corruptor, pero que no saben nada de los corrompidos por el corruptor. Ante ello, las dudas subsisten, las sospechas crecen y el ánimo se va enardeciendo.

Lo único concreto es que la corrupción se ha enquistado en el país y las instituciones y autoridades no logran desenrejar la madeja. El Ecuador pierde, porque la confianza en la institucionalidad y en sus políticos va a la par de la inmunidad y la impunidad.