Diálogo educativo

Rosalía Arteaga Serrano

Hemos sido reiterativos en tocar los temas de educación en esta columna, pretendiendo volcar la atención a la figura del maestro, quien tiene en sus manos la tarea y la posibilidad de moldear las mentes infantiles y juveniles, a abrir al conocimiento a quienes concurren a las aulas escolares, a motivarles en su curiosidad, a entregarles las bases que les permitirán luego hacer sus propios descubrimientos y aportes.

Ahora, cuando hay nuevas autoridades de educación, vale la pena reflexionar en la necesidad de rever una serie de decisiones inconsultas que se tomaron y que tienen que ver con el cierre de escuelitas comunitarias, la fusión de establecimientos educativos, lo que ha ocasionado dificultades enormes de transporte para niños y jóvenes, que muchas veces se ven obligados a dejar de estudiar.

En la educación básica es necesario reforzar fundamentalmente los ejes de lecto-escritura, profundizando los diferentes tipos de lectura y su aproximación, para evitar que se aumente el número de analfabetos funcionales que existen en el país.

El otro elemento esencial es el de las matemáticas elementales, dándoles a los niños las destrezas suficientes que hagan también que se ahonde en el pensamiento lógico, tan importante a la hora de propiciar comprensión y avances en las ciencias.

La educación en valores es un tema que no debe descuidarse si queremos construir sociedades éticas, que valoren el buen comportamiento y destierren las taras de la corrupción, del aprovecharse de los fondos públicos en beneficio propio y que tanto daño le hacen al país. Y el desarrollo del pensamiento, con estrategias para enseñar a pensar, a razonar, a desarrollar el intelecto, aprovechando todas las capacidades que los seres humanos tenemos.

Ojalá las autoridades ministeriales abran un diálogo sincero que permita validar experiencias y pensar, sin egoísmos, en un futuro mejor para los ecuatorianos.