Arqueología

Eduardo Naranjo

La búsqueda de raíces hace a los humanos escarbar la tierra tras vestigios de civilizaciones que llegaron al presente por tradición oral o huellas halladas eventualmente y que, gracias a la función de investigación y el conocimiento arqueológico llegan al presente hilvanando la historia pasada de los pueblos ancestrales.

En el país, pese a la poca importancia que se ha dado a la arqueología, los esfuerzos de los especialistas han sido grandes y ahora con el respaldo del Instituto Metropolitano de Patrimonio hay una notable actividad con los museos sobre el tema.

Este fin de semana se efectuará en el museo de sitio de Tulipe, cercano a Quito, en la parroquia de Nanegalito, un Simposio Internacional en el que participarán distinguidos conferencistas que ilustrarán sobre las anteriores culturas cuyas huellas quedaron marcadas en piedra y barro en nuestro continente.

El evento será en el lugar ceremonial de la etnia Yumba, primigenios pobladores de lo que hoy es Quito. Habrá ceremonia ritual por el solsticio de verano que pondrá un toque ancestral y mágico para quienes asistan al evento, que es libre.

Las exploraciones arqueológicas son altamente rentables pese a lo que digan quienes distribuyen los presupuestos; sus hallazgos descubren raíces de identidad de los pueblos y son grandes atractivos turísticos. Numerosos países del planeta, administran y aprovechan su riqueza patrimonial para alentar las visitas de extranjeros.

El gobierno nacional presidido por un conocedor de la industria turística, como es el presidente Moreno, debe dar mayor aporte y promover la exploración arqueológica, que recupera historia perdida, nos lleva a entender raíces, creencias y costumbres del pasado de aquellos que nos antecedieron en este cortísimo espacio-tiempo por el que transitamos.