DSI

Carlos Freile

Hace pocos días se presentó la nueva edición del Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, noticia que debió interesar muchísimo a todos los católicos, entre ellos a su fiel seguidor, según propia declaración, el señor Presidente. La Doctrina Social de la Iglesia (DSI) es muy rica, de entre sus variados aportes a la reflexión sobre la realidad humana recalco dos. En primer lugar, la una es duramente crítica contra toda pretensión estatista, sin importar el color. Luigi Negri afirma que las relaciones Iglesia-Estado no identifican problemas sobre simples contactos entre instituciones o sociedades sino problemas de enfrentamientos culturales. El Estado actual, de manera clarísima el ecuatoriano, trata de imponer a todos una visión del mundo y del hombre, con ello va en contra de la Fe Católica, pues esta maneja un concepto del hombre que recibe como verdadero la Revelación. Además, dice la DSI, el Estado debe permitir el libre desarrollo de las potencialidades de la comunidad, sin obstaculizarlas, dirigirlas o intrumentalizarlas, como es nuestro caso. En la Edad Moderna, dice Negri, la Iglesia católica ha sido la única institución en oponerse a las pretensiones totalitarias o, por lo menos, autoritarias del Estado, aunque algunos de sus miembros las hayan apoyado o por ignorancia, o por cobardía, o por interés.


En segundo lugar, la DSI nos llama a los católicos a defender con todas nuestras fuerzas el derecho inalienable de los padres a educar a sus hijos de acuerdo con sus propias convicciones. El Estado no tiene la capacidad de arrogarse ese derecho y de imponer a los educandos una formación contraria a las certidumbres de los padres de familia, como pasa en nuestro país.


Quien escribe este artículo no ha visto en el gobernante actual un seguimiento fiel de la DSI, antes al contrario, hasta ha llegado a atacar a los obispos (“fantasmas del pasado”, “no representan a Dios”, “impertinente”). Por ello no estoy de acuerdo con Roque Morán L., quien en un artículo en un prestigioso diario quiteño lo califica como el mejor Presidente de nuestra historia.