Un ataque de nervios


POR: Ramiro Ruiz R.


Terminaron las elecciones y el Consejo Nacional Electoral proclamó como ganador al Lcdo. Lenín Moreno. Guillermo Lasso debiera fortalecer a su partido y trabajar con los asambleístas del bloque de CREO. El país necesita recuperar la democracia participando con dinámica y pensamiento democrático, como en la práctica de solución de problemas económicos, y la liquidación de trancas políticas que entorpecen correcciones económicas y sociales.


La sociedad comienza a sentir alivio, por fin termina una larga y tortuosa década de soberbia, centralismo de poderes, autoritarismo y adoración a la personalidad. Pero al mismo tiempo, se vive la incertidumbre del nuevo gobierno. El populismo y el superpoder del Gobierno, acompañado del presidencialismo y el irrespeto a los poderes del Estado, seguirán como elementos insustituibles en el actual modelo supervisor y castigador.


La gente de AP está feliz. No pueden desempolvarse del orgullo de ganadores. Recuperaron esa actitud heredada del marxismo leninismo. Cada revolucionario marxista a más de pedante, miraba por debajo del hombro a las personas de otro pensamiento. Sean curuchupas, derechistas, liberales caducos, neoliberales demoledores, en fin, socialistas amarillos. Los únicos dueños de la política “correcta”, de las ideas “progresistas”, fueron ellos, del otro mundo.


Basta mirarles en las tarimas al vicepresidente, imitador del arcángel Rafael, a Gabi con una sonrisa incansable y sus aplausos a su propia voz. En el movimiento AP no tienen pensamiento abierto y flexible. Cada uno de ellos son irrefutables en sus verdades y gestiones.


El dogmatismo ideológico y político, se lleva de la mano al hermetismo económico, alimentado por el rechazo a la empresa privada, el odio al imperialismo norteamericano. Este estilo pone a los ecuatorianos, especialmente de clase media, al borde de un ataque de nervios. Cuando este gran segmento social es el motor de la innovación, el desarrollo científico y cultural del mundo, y particularmente de Ecuador.


El presidente triunfador necesita un equipo de personas que tengan vocación incondicional de servicio al país, que utilice liberad de pensamiento y ejecute las mejores ideas por ejemplo para pagar la gigantesca deuda externa, la participación de la empresa privada, busque sin ningún temor otros mercados. Más todavía, promover mil y una maneras de producir.