El otro mundo

POR: Ramiro Ruiz R.


En el ambiente está la sensación de inutilidad. La razón, la verdad y el triunfo tienen a manos llenas quienes se aferran al socialismo del siglo XXI. Las personas, votantes y simples ciudadanos del otro mundo, nunca tendrán la verdad, menos la razón, el respeto y la verdad, porque se liquidaron hace 10 años.


La defensa del socialismo exige cualquier estrategia y adoración al poder. CREO intentó poner en orden la administración pública, frenar el gasto y el despilfarro. El propósito fue claro: reorganizar la economía, buscar fuentes de trabajo, abrir vía libre a la inversión, dejar la paternidad y dependencia del petróleo, caminar por el camino de la producción.


Se proponía mucho más, deshacer de centralismo del poder recuperando la dependencia de los poderes del Estado. Salvar la democracia y las libertades


Para volver a empezar, nada más pendejo mis almas bellas, que escuchar al señor de turno las ofertas maravillosas. Sabe cada ecuatoriano que no hay dinero. Se produce poco porque las leyes y el modelo donde el Estado interviene y controla hasta el aire que respiramos, fracasaron hace décadas. Sólo los necios tienen fe en un muerto: el socialismo vestido con ropas espléndidas de populismo.


Defender el modelo reclamó la simulación. La bribonada primero se concibió en las mentes brillantes y corazones ardientes, y en las manos angelicales para ponerla en marcha. Imaginaron por ejemplo un sistema computarizado, manejado sólo, controlado por técnicos y personal contratados por el Consejo Electoral. Reclutaron jóvenes sin trabajo. Hicieron una labor impecable.


La provincia azul tiene su historia propia. Utilizando el tiempo redondeado: a las 19:00, ganaba el candidato Guillermo Lasso, a las 20:00, ganaba Lenin Moreno, a las 21:00 llegó la turba a reclamar transparencia. Más de 100 jóvenes que trabajaron en las juntas estaban en las oficinas del Consejo. De pronto el presidente requirió la presencia de una joven en el centro de cómputo. Necesitaba los resultados de la votación impresos en papel.


No tardó ni 10 minutos. Las copias entregó a los dirigentes de la turba política y así “cerrarles la boca a estos tales y cuales”. Hasta aquí no había pecado. Según algunos jóvenes, había un camión con urnas y paquetes sellados de las actas que todavía no ingresaba siquiera a las oficinas. Pero habían estado listos los resultados. El pecado se produjo en el sistema. Los resultados a lo mejor estuvieron listos antes de la segunda vuelta. Los socialistas viven la felicidad: tendrán trabajo y buenos sueldos, gozarán del poder, se servirán de las leyes y la justicia, y seguirán la fiesta con los chinos. Elé.