No salimos del asombro


ATILIO RUGEL ALBÁN


“Ir sin amor por la vida es como ir al combate sin música, como emprender un viaje sin un libro, como ir por el mar sin estrellas que nos orienten”, Stendhal. Cuántas ilusiones nos hacemos cuando llegamos a este mundo; cuántas adversidades tenemos que vencer en el espinoso camino de los desengaños; cuántas ideas corren en tropel por nuestra mente cuando pensamos acariciar algún día la verdadera felicidad que nos es esquiva por la maldad del hombre y sus ambiciones desmedidas que la frenan.
Sería injusto negar e irnos contra una verdad que existe tácita en todas las personas, porque no podremos decir que a todos nos gusta el dinero porque éste es el medio que nos permite subsistir y en la sociedad la mayoría siente fiebre por tenerlo sin importar el canal válido para conseguirlo y no apartarse del trabajo fecundo; entonces perdemos horas de sueño pensando cómo nos llenaremos por fórmulas mágicas de un capital que no nos pertenece. No se conoce todavía en el país el milagro del cambio, de la transformación, del despertar de la conciencia; el milagro del despliegue de todo el potencial que existe en nuestro interior. El país vive una etapa de odiosidades entre los que se disputan el poder. Ha comenzado una larga “tragicomedia” que nubla a nuestro cielo.
Los zares de la politiquería nos han clasificado a las personas entre los de manos limpias, superdotados y sabelotodo con una inteligencia que deslumbra y los otros los tontos y estúpidos que viven del hurto. Claro que acepto en parte a los que tenemos de estúpidos porque hemos perdido el valor y el derecho a levantarnos ante el atropello del que somos objeto y por eso se ha abusado y se ha pensado que somos inútiles y minusválidos incapaces de protestar ante tanta injusticia; parece que nos hemos olvidado que la vida pasa volando y los que se cree superdotados jamás se han inteligenciado de la fugacidad del tiempo y no han perdido un minuto para con un soplo llenarse los bolsillos que es la meta que persiguen.
Se ha destapado la olla de grillos. Los ecuatorianos apenas conocemos un 20% de las inequidades. Así nos mantendrán hasta que pasen las elecciones. Es que somos un puñado de tontos. ‘Capaya’ ha empezado a hablar y cuando digo esto saltarán rayos y centellas, alacranes, ratas y rateros buscando un escondite. Lo veo y percibo y ahora se dice que quien fue sometido a la prueba del polígrafo, eso es una tontería que no tiene validez; pero sí sirvió cuando se despojó del cargo a casi 200 servidores de la Policía Nacional.