Ecuador del presente

POR: Ramiro Ruiz R.


El Ecuador de este momento es un país con problemas económicos. En 10 años el Gobierno administró 300 mil millones, cantidad inaudita. Pasó la fiebre de los precios altos del petróleo, los ingresos disminuyeron, pero el Estado se había acostumbrado a manejar grandes cantidades de dólares, y de pronto se quedó con las cuentas reducidas. Pero también practicó la glotonería de 600 mil burócratas que hasta ahora dependen del Estado.


¿Cómo es posible que después del manejo de tanto dinero, ahora el Gobierno busca préstamos? Inventa impuestos como a los bienes de cada ecuatoriano. ¿Para qué necesita tanto dinero el Gobierno? Las carreteras, los proyectos hidroeléctricos, escuelas del milenio, hospitales construyó sin convocar a los concursos de ley y compartió a empresas que no hicieron el mejor trabajo pero manejaron sobreprecios.


¿Dónde está ese dinero? El saldo es una deuda de 38 mil millones, cantidad pequeña si comparamos con los ingresos de la década ganada por la burocracia. No hay trabajo, y por supuesto, tampoco circulante. La empresa privada y la producción están maniatadas con las famosas salvaguardas. El dinero sale a Colombia. Se forman filas interminables de consumidores ecuatorianos. Regresan hasta con filetes de pescado y manzanas.


La sociedad está descompuesta y desordenada. Entra y sale del país cualquier mortal del planeta sin ningún control. Cada día hay robos y atracos a mano armada, asesinatos por ajuste de cuentas, tráfico y distribución de drogas que dirigen peces medianos y gordos que no se les conoce. El esfuerzo de la policía es incansable..


Este es el país de este momento con jóvenes que estudian carreras que nunca eligieron y en lugares distantes, fuera del alcance a la economía familiar. Trabas para los técnicos graduados en el país y sufrimiento para conseguir trabajo. Ingenieros de muchas especialidades, médicos, y hasta campesinos optan salir y buscar una plaza laboral.


Estudiantes que crecen en ambientes lindos pero con conocimientos mediocres de las escuelas y universidades. Profesores agotados armando carpetas gordas de planificaciones insustanciales, informes vacíos y repetidos, evaluaciones que se aplican hasta cuatro veces hasta que los estudiantes aprueben el año con un siete. Este es el Ecuador de mi alma. Y el próximo presidente tiene que solucionar este enredo de pobreza económica y mental. La campaña electoral, hasta estos días, se muestra débil. Nadie propone soluciones a los problemas urgentes del país.