Renovar y reinventar

La plana mayor de candidatos presidenciables aún no presenta planes concretos de gobierno y el período de consensuar diversas coaliciones y grupos sociales se mantiene. Sin embargo, dos nuevos errores del oficialismo suman decisiones insospechadas. Primero, fue el insólito desplante sexista en televisión de la máxima autoridad por negarse absurdamente a ofrecer una disculpa pública a las mujeres ecuatorianas después de una clara agresión verbal; y, segundo, fue el relanzamiento de la Ley de Plusvalía, que desborda la lista global de más impuestos. Eso sí, esta logró manipular los objetivos de un majestuoso evento internacional realizado en Quito.


Esta situación refleja un movimiento de fichas ante el electorado: el prefecto Jimmy Jairala apoyó con decisión a Paco Moncayo y confirmó un quiebre de Alianza PAIS, al menos, en lGuayas. Luego, el alcalde quiteño Mauricio Rodas optó por el presidenciable Guillermo Lasso y restó credibilidad a los actos realizados en Hábitat III organizados en su ciudad que tiene altísima contaminación por esmog. Así, el sarcasmo político movió el vaivén, entre aliados y disidentes, ciertos intentos de concertación y la búsqueda de enemigos que al final terminan pareciéndose asimismo como dijo Borges.


Cada grupo político quiere su pedazo de torta y persiste el temor de la segmentación que tanto bien le hizo al correísmo. La constante violación a la libertad de expresión y la concentración de poderes estatales sobre el hiperpresidencialismo bobo son la punta del iceberg que tendrá que direccionar el próximo gobierno. Además, alguien tendrá que auditar los cimientos de la corrupción de la década. El electorado quiere saber sobre tres casos específicos: la investigación abierta sobre narco-valijas diplomáticas, la compra miserable de helicópteros a la India y el saqueo a las arcas fiscales a través de la reconstrucción de la Refinería de Esmeraldas y el millar de sobornos en Petroecuador.


De haber una segunda vuelta, el candidato de oposición tendrá que diseñar realidades e inscribirse como un estratega anticorrupción del nuevo milenio. La táctica de aprobación será, sin duda, la auditoría de escala y la refundación de leyes, incluso constitucionales, para salvar luego todo el colapso económico que el correísmo implantó. El país añora tiempos para renovar y reinventar la historia que construya de una vez la calidad de vida para las generaciones que aún no nacen.

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