Seguridad laboral del periodismo

Roque Rivas Zambrano

Recuerdo la escena de la película peruana ‘Tinta Roja’ en que Alfonso Vargas, un joven periodista con pretensiones de escritor, llega al periódico ‘El Clamor’ para hacer prácticas. El editor, Faúndez, con calvicie y bigote, le pregunta sobre qué le gustaría escribir y él responde: temas culturales. Faúndez, a quien le causa gracia la réplica del recién llegado, lo designa como reportero de judiciales. Desde ese instante Alonso, a quien lo llamó “Varguita” se enfrenta con la muerte. Sus primeros acercamientos a los cadáveres lo impactan y generan en él reacciones físicas. Con el tiempo -aunque aprende el oficio y se convierte en uno de los mejores reporteros- continúa enfrentándose a dilemas éticos y a un permanente desgaste emocional. La trama de este film no es de ficción. En diversas escenas se evidencian los retos que enfrentan los reporteros.


Se elaboró un estudio del nivel de ansiedad y estrés en estos casos. La investigadora Liliana Rodríguez, quien trabajó con una muestra de 84 reporteros de San Pedro Sula, en Honduras, encontró que el 29% de los periodistas y reporteros gráficos que cubren hechos violentos, manifiestan estrés moderado y un 3% grave (porcentaje alto en relación a los que cubren otras fuentes). Al menos un tercio de los encuestados estuvo expuesto a situaciones traumáticas como enfrentamientos armados, matanzas, asesinatos y fragmentación de cuerpos, entre otros escenarios violentos. Rodríguez esboza conclusiones valiosas, entre ellas, que pese a que el ejercicio del periodismo es considerado un trabajo de alto riesgo, las redacciones no cuentan con profesionales en el campo de la psicología para atender a sus colaboradores. Este aspecto, desapercibido en las empresas mediáticas, es primordial en la seguridad laboral.


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