Carlos Freile
Algunos analistas atribuyen los crímenes masivos de Orlando y Niza a actores movidos por motivaciones personales, tanto sicológicas como de otro tipo; sin embargo, pareciera que se da la presencia de algo más. El ensayista Eduard Yitzhak ahonda en el tema y nos descubre elementos que sería deshonesto ocultar. Nos informa que en el Islam existen dos conceptos claves dentro de la moral: Kabira y Tawba. Kabira es el pecado capital; la homosexualidad y el alcoholismo se consideran tales y merecen la muerte. Yitzhak cita varios textos del Corán y de los hadices (las enseñanzas de Mahoma recogidas por sus amigos) para sustentar esta tesis.
También recurre a las doctrinas de uno de los sabios más respetados por los musulmanes, el Jeque al-Islam Ibn Taymiyyah (1263-1328), quien afirmaba que los pecados graves deben ser castigados con la muerte, pero si el pecador hace un acto de arrepentiemiento (Tawba) puede recibir el perdón siempre y cuando se convierta en shahid, vale decir combatiente de la Yihad o Guerra Santa.
Eduard Yitzhak escribe: “Los líderes salafistas y yihadistas buscan a musulmanes que públicamente han cometido pecados graves –según el Corán- como homosexualidad, beber alcohol repetidamente, y adulterio para convencerles que han pecado gravemente y que están condenados al infierno y que pueden ser asesinados por salafistas y yihadistas y que solo pueden redimirse haciendo Yihad, pues al morir combatiendo por Alá reciben el premio de ir directamente al Paraíso donde les aguardan 72 huríes y pueden salvar a 70 parientes.”
Los dos asesinos solitarios tenían antecedentes comprobados de haber llevado una vida pecaminosa, por lo menos del que manejó el camión asesino en Niza se sabe que confesó a una amiga que se había arrepentido, en consecuencia, para ganar el cielo debía ir a la Yihad.
Por esta razón es comprensible que el ISIS (Iniciales en inglés del nombre del Califato Islámico, que usa el término “Estado” –State- para ocultar el contenido religioso-político de “Califato”) los busque y los arroje al ataque solitario a sus enemigos.