EL ECUADOR POSIBLE

¿Qué pasa en este paisaje político con la candidata Cintya Viteri? Es asambleísta que dejó a un lado el miedo, y ha tenido la valentía de hacer críticas fuertes a las desafueros del Gobierno actual. Aprendió el manejo político del país con los maestros del socialcristianismo como el Ing. León Febres Cordero y el Ab. Jaime Nebot.


Los guayaquileños tienen gratitud con los dos alcaldes. León liquidó de raíz el piponazgo y la corrupción que muchos años victimizó al puerto principal. Guayaquil no es más una ciudad de basurales. Los dos administraron con un noventa por ciento de gasto de inversión y sólo el diez por ciento de gasto corriente. Estas dos características principales de la administración local fueron lecciones que aprendió Cintya Viteri.


Y ahora y con el apoyo de Jaime Nebot, rompió el esquema de la Unidad sin esperar que corra el tiempo. Nadie sabe todavía como finalizará esta candidatura. Hay muchas especulaciones. Una de ellas que tal vez sea una estrategia de Nebot para tomar finalmente la decisión de candidatizarse. Pero es poco probable que esto suceda, aunque en la política tropical del país cualquier movida puede suceder.


Esta candidatura molestó al Señor Presidente de la República. Por supuesto que no es de su afecto. Dijo que la candidatura de Cintya Viteri era un favor que le hacían a Alianza País. Jaime Nebot respondió que jamás le han hecho favores al presidente y a su partido, y Alianza País no recibirá ningún favor del pueblo ecuatoriano.


Hasta estos días se han presentado 13 precandidatos. La mayoría de tendencia socialista. La imagen más fuerte es Guillermo Lasso y Cintya Viteri, que pertenecen a partidos de derecha. No se vislumbra el liderazgo duro del dentro izquierda y centro derecha.


El país necesita un presidente que le suba al Ecuador a las rieles del progreso. Requiere un Gobernante que use el sentido común natural y profundo: gobierne con lo que tiene, y simultáneamente guarde el dinero para el futuro, los malos tiempos vienen inevitablemente.


Un presidente apasionado de las libertades del mercado y la economía. Abierto al mundo en la inversión económica. Defensor de la democracia, que aproveche los beneficios de la globalización. Con fe en los ecuatorianos que merecen trabajo, paz y seguridad social. Un gobernante que confíe en la cultura como una de las mejores inversiones sociales. Un estadista que una toda la fuerza social para la construcción del futuro. Esto merece el Ecuador, un país posible y dispuesto a seguir el ritmo del progreso del mundo.