Hacia las elecciones

La opinión pública se encuentra ante una disyuntiva frente a su postura en lo tocante a las próximas elecciones. ¿Cuáles son las corrientes que podemos observar? Una tendencia clara se deja entrever relativa a un acuerdo para alcanzar la unidad, único camino para que no nos perdamos en la presencia de múltiples pequeños grupos con diferentes propuestas para el futuro.


La pregunta es si esta unidad se dará alrededor de un proyecto único para un Ecuador que pueda vivir en paz, en democracia, superar la presente crisis, o si se buscará un acuerdo que se dé sobre una persona que pueda encarnar lo deseado. Es alrededor de estas posibilidades que se dividen las opiniones. Comienzan a presentarse nombres de personas que en la presidencia puedan alcanzar los objetivos comunes.


¿Cuál es la prioridad? En caso en que se trate de nombres concretos, corremos el riesgo de volver a tendencias que encarnen la posibilidad de convertirse en simples caciquismos, sin un proyecto claro de gobierno. ¿No será más importante el diseño de cuáles son las necesidades más urgentes, las características de lo que debe ser el futuro de Ecuador, para luego entrar a considerar el camino para alcanzarlo?


Es necesario de discernir lo más urgente. Quizá una reforma de la Constitución que permita alcanzar un Estado de Derecho que respete los principios democráticos, la libertad del ciudadano para expresar su pensamiento, dentro del marco de una búsqueda primordial del bien común de la sociedad.


La Ley no ha de ser aquello que el capricho del gobernante quiera, sino “la expresión de la razón en vista del bien común, promulgada por el que tenga el cuidado de la comunidad”. Tomado en cuenta lo anterior podemos diseñar una nueva orientación del futuro que anhelamos.


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