LUCHA POR LA AUTONOMIA

Hace algunos días, el señor Presidente de la Matriz de la Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión, escribió un artículo con el título, “Autonomía de ficción”. Analiza el significado de autonomía y cómo funciona en la Casa desde su creación jurídica.


Hace una reseña a algunas reflexiones sobre las luchas históricas. Fabián Núñez recuerda: “La creatividad de un pueblo no se mide por la ley que se ponga o se imponga a esa creatividad”. En plena dictadura de 1966, el Estado reconoció y ratificó la autonomía de la Casa. Galo René Pérez cuando fue presidente, dijo, defendiendo la institucionalidad: “A la dignidad más alta de la institución, rectora de la cultura, se debe llegar a través de una vocación intelectual legítima”.


¿Donde se crean las expresiones mágicas, lúcidas, religiosas, políticas, económicas, creadoras de valores insustituibles, identificables, tradiciones que nos han sobrellevado a través de los siglos? En la calle, en el hogar, en una conversación, en un simple paseo, nacen los gérmenes de la cultura que toma forma de la belleza del lenguaje, del dibujo, de la pintura, la escultura, la fotografía, el cine, la música, el teatro, la danza, el ballet, de la gastronomía. En fin, todas las manifestaciones posibles e imposibles que el ser humano elabora todos los días, en busca de la convivencia pacífica y de identificación con otras personas distintas pero convergentes hacia el único camino que nos salva de la barbarie directa o sutil.


¿Acaso Beethoven, Luis Salgado, Segundo Luis Moreno, necesitaron una ley para crear la música? ¿Pablo Picasso, Eduardo Kigman, Oswaldo Guayasamín cumplieron con normas para su creación? ¿Luis Buñuel, Camilo Luzuriaga, Sebastián Cordero, pidieron autorización para dirigir sus películas que nos hace mejores seres humanos? ¿Marcel Proust, García Márquez, Mario Vargas Llosa y Jorge Enrique Adoum, enviaron sus manuscritos al Ministerio de Cultura antes de su publicación?


¿Qué está pasando en el Gobierno? ¿Acaso no comprende que la autonomía no solo se refiere a la administración eficiente de una institución? También se juega la autonomía de la creación, el pensamiento, la libertad de utilizar múltiples y variados lenguajes para comunicar lo que somos, a quienes pertenecemos, de dónde venimos, cómo trabajamos y amamos. La cultura nos descubre lo que nos causa daño intelectual o físico. La fuerza de la cultura está directamente proporcional a la expulsión de la violencia, a la destrucción intelectual y moral. La cultura edifica valores que han permanecido a pesar de totalitarismos y criterios mezquinos.


La casa de la Cultura se creó con la misión de apoyar de manera segura a la obra de la cultura del país. La libertad (autonomía) ayuda el pensamiento crítico. La autonomía como la cultura, perfecciona la calidad humana, pacifica la vida y extiende la responsabilidad social.