Gratitud y amor

La gratitud y el amor se entrelazan en tu día, Madre, para saludarte y pedir bendiciones al Todopoderoso hacia tu egregia figura de guardiana de la vida. Pensar en la bondad y la ternura anima a meditar en su figura, ella es presencia en nuestra vida, bendiciones y aliento cada día. Lazos de amor entrelazan la ternura orlada de besos y suspiros, por eso te digo que eres tú Madre, en el ayer, el presente y el futuro la fiel amiga y consejera, la que desborda la ternura, alienta y amamanta las diversas sendas de la vida.


Un día especial es para ti en el calendario de los años, pues, eres madre, amiga y compañera, siempre pensando con respeto y gratitud, pues, con ella vivimos con sustento evocando su nombre en el vaivén de la existencia. Siempre fiel y consejera, la primera maestra de la vida quien enseña el amor y respeto al ser Supremo, a amar el universo, a vivir con la fe y la esperanza, a caminar sin claudicar por la senda con abrojos compartiendo la verdad de la mañana.


Agradecidos como hijos comprendemos cómo pasa el tiempo y la falta que nos haces para soportar en silencio los vaivenes que la vida nos presenta, derramando lágrimas al final de la jornada. Tu ejemplo nos orilla para partir por la senda transcurrida navegando en pos del nuevo amanecer y de la grata espera. Al describirte madre, no puedo olvidar decirte que son tus años, tu entereza con apego y sacrificio transitando infatigable por el camino incierto de la vida. Debo decirte que pasa el tiempo y envejeces, buscas fuerzas y sustento transitando junto al hijo que clama con su llanto y que requiere bendiciones.


Sé fuerte madre amada, las arrugas y las canas son vigor a la hermosura. Tu ejemplo nos orienta a caminar siempre adelante, ejemplificar con tu presencia el norte que la vida nos depara. Pero, no puedo dejar de recordar que a lo mejor no estás en varios lugares, que partiste sin soñarlo siquiera en medio de sueños y esperanzas, guardando en el recuerdo la quimera, perdurando caricias y templanza.


Hay quienes volaron sin retorno ufano, sin despedirse siquiera, encumbrando su nombre perdurable, sembrando la simiente en el camino, en el hijo ejemplo inigualable. En esta fecha y día dedicado a ti madre, evoco tu recuerdo perdurable en el jardín de la enseñanza, buscando en el rincón de la existencia tus mensajes, tu amor y tu palabra. Recuerdo tus besos y caricias, impregnando la tibieza en tu mirada, buscando en el silencio de mi alma el eco de tu voz en la partida. ¡Feliz Día Madre!