Transparencia a ultranza

Qué semana la que hemos vivido, qué dolor el de los miles de víctimas de esta tragedia; cuántos casos profundamente tristes nos han consternado; cuántas víctimas mortales, daños irreparables, conmoción, pobreza e insalubridad nos dejó el terremoto.


Frente a este panorama desolador y angustioso, que apenas empieza, porque reconstruir la devastación será tarea de años, surge la solidaridad de un país que se volcó para ayudar de mil maneras. Hubo una movilización ciudadana que entregó víveres, ropa, medicinas y todo tipo de artículos en bien de los damnificados.


El miércoles pasado el Presidente anunció un paquete de tributos a nombre de la desgracia en las provincias costeñas afectadas por el sismo, justo en este momento de crisis económica que lo estrangula al régimen con un endeudamiento atroz y en el que las políticas económicas de actual mandato no han dado resultado, pues el desempleo, la precariedad y la pobreza están instalándose en los ecuatorianos.


Sin embargo, los ciudadanos no tendrían problema en aportar por el bien de los necesitados. Pero surge la duda de que en la angustia económica del régimen, se distraigan los fondos que se recauden y sirvan para suplir las urgencias, el pago a proveedores, los sueldos de tanto empleado público o hasta se conviertan en caja chica de las necesidades estatales.


El Presidente, por transparencia en este momento tan crítico de su mandato, debería nombrar una comisión de ilustres personajes, ajenos a su movimiento político y al quehacer público, para que sean los administradores de los fondos que el Estado recaude por concepto de estos tributos en bien de las zonas afectadas por el terremoto.


También frenar gastos inútiles, reagrupar tanto ministerio, vender urgentemente las empresas incautadas, suspender la construcción de las plataformas para las instituciones públicas y espaciar las sabatinas. En fin, cambiar de rumbo.


La ciudadanía, a pesar de sus golpeadas finanzas, contribuiría con toda voluntad y se disiparía la duda de que estas medidas no serán una salida más ante la evidente ruina de las arcas fiscales.


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