LAS REFORMAS GRACIOSAS

El trabajo está administrado por una ley y se respalda por la Constitución. La mayoría de asambleístas que elaboraron la última carta política del Estado le consideraron perfecta. Podía durar 300 años, imaginaron leyes eternas. Pero esta Constitución estuvo lejana de la realidad y está repleta de fallas de redacción y ortografía. El contenido de los artículos muchas veces es asombrosamente ambiguo. A pesar de la perfección, ahora los legisladores se han enfrascado en las reformas.


Lo gracioso es que los cambios no son mejores que los artículos originales. Las controversias son chuscas. En estas últimas semanas se discute la licencia por maternidad. El último informe señala que una vez concluida la licencia o permiso reglamentario por maternidad (3 meses) o paternidad (15 días), las mujeres tendrán derecho a una licencia opcional y voluntaria sin remuneración hasta cumplir 12 meses.


El trabajo es una fortuna de la vida. Hay personas que trabajan con pasión y sin descanso. Esto sucede cuando se ama lo que se hace. Pero existen otros trabajos que son un peso y hasta un sufrimiento. Por las noches, esas personas, mientras encuentran un momento de descanso, piensan en el trabajo del día siguiente, entonces se ponen tensos y hasta sufren de estrés. Pero hay que trabajar. Y el trabajo dignifica a la persona.


El enfoque de maternidad destruye el principio del trabajo que debe ser digno, creativo, satisfactorio y remunerado con justicia. En la presente crisis, los ecuatorianos necesitan más trabajo. La mejor manera de combatir la pobreza económica e intelectual es con el trabajo. Si el salario apenas alcanza para subsistir, la sociedad debe ofrecer oportunidades de trabajar más horas remuneradas y deben estar dispuestos otros trabajos.


Pero el Gobierno tiene un gran problema: no puede ofrecer plazas de trabajo y crear empleo. No hay generación de riqueza ni de bienestar. Para eso está la empresa privada. Empresas que no vendan solo servicios y materia prima, sino y mejor, iniciativas técnicas y científicas. En el país, sin embargo, las puertas a la inversión privada ecuatoriana y del exterior siguen aldabadas. Sería de interés nacional que los asambleístas dejen de discutir y armar telarañas legales. En especial acerca de las vacaciones opcionales sin sueldo. Desde el principio del mundo las mujeres han amado el trabajo.