LA JUSTICIA NO ESTÁ CIEGA

La estatua de la justicia está representada por una mujer vendada los ojos y sosteniendo una balanza en una de sus manos. Le venda significa que la justicia no mira a nadie, hombre, mujer, pobre o rico. Somos iguales frente a la ley y la justicia. La balanza es la medida, el juicio para ajusticiar al culpable y proteger al justo.


En el país se reorganizó el sistema de justicia. El Gobierno construyó hermosos edificios, los equipó con tecnología apropiada. Se propuso acelerar los procesos, pero los resultados son pobres. Hasta ahora no pueden recuperar ni ajusticiar al argentino, beneficiado con 800 mil dólares, cantidad tonterosa. Ese tipo está gozando del buen vivir, en una piscina de agua temperada de un hotel de cinco estrellitas y vaso de whisky en la mano.


Por aquí y por allá están los juicios del asesinato en Guápulo de una mujer joven extranjera. Más atrás duermen en los archivos, juicios de asesinatos por ajuste de cuentas, robos, asaltos, tráfico de drogas. Justicia lenta, barrigona sin vendas y sin balanza. La justicia está de paseo.


Hace muchos años, en la pantalla de televisión le conocí al señor Luis Chiriboga, Presidente de la Federación Ecuatoriana de Fútbol. Tenía una pinta parecido a Al Pacino, el célebre actor que alcanzó fama en la famosa película El Padrino, con el inmortal Marlon Brando. Esa imagen debe pertenecer a la época de su dirigencia en el Deportivo Quito. Era flaco, con mirada de borrego ahorcado, elegante y con una manera de hablar horriblemente artificial.


Nadie hace nada en el reino de la impunidad. Sus acompañantes como Vinicio Luna y Francisco Acosta son beneficiados con transferencias de miles de dólares en sus cuentas bancarias. La justicia no tiene vendas, mira y observa caras.