A Maduro no le funcionó el parajito

Todos los países del mundo estaban a la expectativa de las elecciones legislativas realizadas el 6 de diciembre en Venezuela, que es uno de los países con mayores reservas petroleras del universo y cuya economía depende en un 95% de las exportaciones. Pero en contraste con esa opulenta riqueza, es un país que ha sufrido los azotes de la soberbia, arrogancia y prepotencia de quienes no estaban preparados para gobernar y hoy han recibido “una lección de civismo” de un pueblo agobiado por la pobreza, donde se hizo común y cotidiano hacer filas para comprar alimentos y suplir las más elementales necesidades que les permita subsistir, en donde es irrisorio que hasta el papel higiénico hacía falta.


Creo que el gobierno de Maduro y sus testaferros jamás pensaron recibir una derrota abrumadora que llega a 112 votos a la oposición y que les permitirá terminar con la hegemonía del ‘chavismo’ que pisoteó la libertad, con una inseguridad entre las más elevadas del continente, después de Honduras, total falta de garantías a quienes les quitaron con amenazas el derecho a expresarse, todo lo cual generó una crisis que tal como dice el sucesor de Chávez es una verdadera bofetada. Esta vivencia de este hermano país nos demuestra que la decantada ‘revolución bolivariana’ se hizo sin bases sólidas que debieron primar y, sobre todo, basados en los principios universales de la igualdad y confraternidad de la Revolución Francesa.


Y es que los efectos y las causas de una ciega administración están a la vista y hoy tendrán que llorar lágrimas de sangre los nostálgicos perdedores que creyeron que el poder les duraría para siempre. Estamos a inicios del siglo XXI viviendo el derrumbamiento de gobiernos que con el membrete de izquierda usurparon el poder y le tomaron tanto gusto que antes de finalizar el mando, la principal preocupación es reformar la Constitución para tener derecho a la continuidad con todos sus adláteres. Argentina ya sufrió un revés que derrotó al continuismo con Macry; el gobierno de Chile se ha visto envuelto en actos de corrupción con el hijo de la mandataria; Brasil vive una realidad parecida con Roussoff donde el Parlamento le acusa de irregularidades en el manejo de fondos; Bolivia, según encuestas, rechaza con un 53% la reelección y el 54% no quiere que se cambie la Constitución.


Otros países de América como dice el argot popular: “Cuando las barbas de tu vecino veas cortar pon las tuyas a remojar”; pero estamos llegando sin querer queriendo, como decía Chespirito, a la debacle de las dinastías izquierdistas. Venezuela ha dado una lección al mundo de lo que es saber resistir a los atropellos que sufrió la masa civil y que costaron encarcelamiento injusto a los que se oponían.