Una leyenda de amor entre el taita Imbabura y la mama Cotacachi

Una leyenda de amor entre el Taita Imbabura y la Mama Cotacachi
ATRACTIVO. Este imponente volcán es uno de los lugares más representativos de Imbabura.

El Taita Manuel Imbabura se enamoró alguna vez de la Mama María Isabel Cotacachi, cuenta la historia.

El Imbabura es un volcán apagado. En sus faldas se encuentra Ibarra y el Lago San Pablo. En Ecuador es conocido como ‘taita Imbabura’, que significa papá en kichwa.


La flora y la fauna de los bosques que rodean a esta antigua elevación gozan de una amplia diversidad, permitiendo descubrir un poco más acerca de la variedad natural de la zona. Hasta los 3.000 m.s.n.m, el territorio es básicamente agrícola, sus principales productos son el maíz, el fréjol seco, la caña de azúcar y la cabuya. En las zonas bajas, la vegetación es de estepas herbáceas y en las altas hay prados naturales.


Desde tiempos remotos hasta la actualidad, es común escuchar entre los pobladores mitos y leyendas que hablan sobre este dios protector, al que muchos le han encomendado favores, han temido de su furia e incluso han solicitado consejos.


César Cotacachi, conocedor del tema, afirma que cada región tiene sus propios mitos y leyendas que al pasar el tiempo los mismos pobladores le han dado forma y añadido un poco de misterio, como es el caso del volcán Imbabura.


Historia


Imbabura Urcu es el cerro protector masculino, su nombre es taita Manuel Imbabura. Es un ‘hombre’ grande y viejo, que luce constantemente un sombrero grande que cubre su cabeza blanca. Frente a él está el Cutacachi Urcu, que es el cerro protector femenino, su nombre es mama María Isabel Cotacachi, una mujer ya entrada en edad.


Se cuenta que cuando el taita Imbabura era joven empezó a salir del Imbabura (cerro que era su morada) y caminaba solo durante las noches pensando que las demás personas le iban a reconocer y llegar a criticarlo al no encontrarse en su hogar.


Una de tantas noches, durante su recorrido, se encontró con la mama Cotacachi. Caminaban juntos, pero Manuel no podía declarar su amor a María Cotacachi, cuando, de repente, se declaró diciendo que la amaba, entonces la mama Cotacachi respondió: «Yo también desde muchos años que te conocí he estado enamorada, entonces vamos a ser enamorados».


El tiempo transcurrió y tuvieron un hijo, llamado Yanaurcu, que está a la derecha de su madre.

Una leyenda de amor entre el Taita Imbabura y la Mama Cotacachi
RESPETO. Las ofrendas al taita Imbabura son un símbolo de respeto hacia la naturaleza.

Tradición


Los volcanes María Isabel Cotacachi y Manuel Imbabura son los padres protectores de las lagunas que están a los alrededores, donde los indígenas del lugar realizan ofrendas en agradecimiento a los dioses por las buenas cosechas y para la buena suerte.


El Imbabura es un lugar sagrado y venerado por los indígenas de la región y es también un mirador natural perteneciente a la avenida de los volcanes, desde donde es posible observar elevaciones como el Chimborazo y el Cotopaxi.


Este cerro también tiene un alto valor cultural para los pueblos que se asientan en sus alrededores. En tiempos prehispánicos era parte de los ‘Apukkuna’ (las culturas asentadas en sus cercanías).


Cotacachi señala que este coloso es considerado en la cosmovisión del campesino indígena como el padre y, por esto, ha dado origen a varias leyendas y creencias.

Una leyenda de amor entre el Taita Imbabura y la Mama Cotacachi

Sobre el taita Imbabura


Está ubicado a 8 km al este de Otavalo y se constituye como un excelente mirador de los volcanes de la Sierra norte.


Es propicio para realizar caminatas y el ascenso es recomendado como parte de la preparación para ascender a otros volcanes de Ecuador.


Tiene una altura de 1.560 m. sobre la cota de su base. Pero sobre el nivel del mar supera los 4.300 metros. Su temperatura promedio es de 8oC.

DATOS
Los lugareños afirman que el Imbabura es el único volcán que tiene un corazón, debido a la singular figura que presenta en su ladera.

El Imbabura también es considerado como un yachak (sabio) primordial.