Pescadores burlados en sus reclamos

Por algunas ocasiones me he detenido a analizar el drama que viven los pescadores de Esmeraldas y de la costa ecuatoriana bañada por el Océano Pacífico, al igual que los países vecinos Colombia y Perú que son en su mayor parte se producen los asaltos en alta mar y que sin piedad alguna los despojan del producto que faenan, además, de sus herramientas de trabajo cuando sabemos que estos obreros artesanales viven el día a día y de ellos depende el sustento de sus familias y también de los que utilizamos en la mesa la variedad de peces y crustáceos que son atrapados en largas horas de trabajo sin importar la noche o el día y exponer sus vidas.


Esta situación ya se está convirtiendo en una novela y “el cuento del gallo pelón” porque ante los reclamos de los perjudicados a las autoridades que controlan los puertos artesanales, siempre hay una respuesta en firme que ellos hacen lo que pueden a sabiendas que el gobierno les dotó de embarcaciones veloces para evitar ser burlados.

Al 28 de agosto/15 se opera un hecho insólito sobre la afectación a lanchas y las herramientas de trabajo que utilizan los pescadores para la captura de las especies de mar como consecuencia del hidrocarburo que los sorprendió en alta mar y los obligó a botar el producto de la faena y como ellos dicen se quedaron al garetes o mejor entendido con nada para llevar el pan a su casa.


Esta situación fue fácil de comprobar porque el informe que dan a conocer autoridades de la Delegación Provincial del Medio Ambiente de Esmeraldas (MAE) dejan un gran vacío y una kilométrica duda y desconfianza porque no hallan culpables aunque los resultados están a la vista debido a que la mancha también alcanzó las playas de la Reserva Marina de Galera, San Francisco y Muisne.

Las lanchas afectadas suman aproximadamente 65 que a un promedio de 3 ó 4 trabajadores por cada una de ellas están afectando el quedarse sin pan a unas 200 familias que, además de no tener cómo alimentarse, tienen deudas con bancos y prestamistas que no perdonan ni oyen razones.