Predicciones

JOFFRE DAZA QUIÑÓNEZ

Cuando el pastor Wilson visitó el edificio municipal, para observar el mural blasfemo que ridiculizaba la Figuera de Cristo, puesto, junto a un travesti vestido con bikini verde, con calaveras que eran rematadas a plomo por militares, escuchamos que el Pastor predijo lo siguiente: “este edificio se caerá”; recordamos que lo dijo antes del terremoto del 16 de abril de 2016. A la fecha me visita el pastor Wilson y visto la caída del edificio municipal veo que su predicción se ha cumplido, vaya, simple coincidencia o se cumplió la predicción.


La verdad es que no sabemos si la predicción incluía la caída o terminación del gobierno de la ‘revolución ciudadana’ y su gobierno seccional, sin embargo, algunos ciudadanos criticamos con fuerza este mural por inadecuado e impertinente, que seguramente era bueno para el pintor y quienes lo pagaron, pero no para la mayoría de esmeraldeños, que en silencio protestaron por tal ridiculez.


Es pertinente recordar al gran Erasmo de Rotterdan, quien en su magistral obra “Elogio de la necedad” dijo: “… según las definidores estoicos, la sabiduría no es otra cosa que el gobierno de la razón; la estulticia, por el contrario, consiste en dejarse llevar por las pasiones”. Habrá que esperar hasta febrero 2017 para ver el resultado de las elecciones, no obstante ya los necios que mantuvieron la pintura hasta que tuvieron que taparla con sábanas, han recibido una respuesta, se cayó el edificio y la pintura, y parece que están recibiendo su castigo.


El poder a veces los hace actuar con soberbia; desde la época de la monarquía, los sultanes, césares, o como quieran llamarse, han caído producto de su abuso, de falta de respeto a los mandatos ciudadanos y divinos.

El poder democrático, concebido por la Revolución Francesa en 1789, fue construido para el servicio, mas no para servirse, aquellos trasnochados que creen que ha llegado el momento para servirse en su beneficio propio, han sufrido el castigo tarde o temprano, vayan a preguntarle al señor Bravo, Pedro Delgado, el dueño del circo Raúl Carrión y otros, que de pobretones, han pasado a ser ricos, pero indignamente viven en jaula de oro.


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